sábado, 21 de septiembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 13

        Después de dejar a Amanda con su madre, Eric le pidió a Cris que se quedara con él y que se fueran a cenar.
       ¿Cómo podía negarse?
       Eric la llevó a un restaurante muy tranquilo, apartado de la ciudad.
       Era la primera vez que se podía decir que tenían un encuentro romántico.
       En su primera cita estaban los dos muy nerviosos y después ocurrió lo del restaurante.
       Por fin podría estar a solas con su novio, sin hijos, amigos ni ex novias cerca. Solos, el uno con el otro.
       Cuando llegaron, el camarero los acompañó a la mesa, perfectamente preparada, justo al fondo del local.
        A su lado había una pareja de jóvenes, de edad similar a la suya.
        Al principio no se fijó mucho en quien estaba sentado en esa mesa, pero uno de ellos se giró para llamar al camarero y Cris rápidamente lo reconoció.
        Seguía igual que la última vez que lo vio, cuando él se fue sin despedirse, cuando todavía estaban en el instituto.
        No dudó en ningún momento, lo estaba viendo, su primer amor había vuelto de donde fuera que estaba, el destino la volvió a reunir con Bruno después de tantos años.
        Su cara reflejaba su sorpresa y Eric se dio cuenta.
        ¿Quién era ese chico que había hecho que su novia no articulase palabra?
        Cristal se había quedado paralizada. No se le movía ni un músculo del rostro.
        ¿Ahora que Bruno había vuelto, reaparecerían sus antiguos sentimientos hacia él?
        Lo cierto es que Bruno no se había dado cuenta de que estaba Cristal ahí hasta que Eric le estuvo gritando a su novia para que respondiese y saliera del estado de shock.
         ¿Le habla o no le habla? Lo mejor sería que él y su amigo saliesen de ahí, así que piden la cuenta y se marchan.
         Una vez que se fueron, Cristal recobró el sentido de la realidad y pudo terminar la cena "romántica", aunque todavía un poco aturdida.
         ¿Por qué todas sus citas acaban siempre mal? ¿Tal vez la vida no quiere que esté con Eric?
         Pues si eso es lo que quiere el destino, Cris se lo va a poner difícil, porque no piensa dejar a Eric.
         Se prometió a si misma que no le haría jamás daño a su novio y lo cumpliría hasta que le fallasen las fuerzas.
         También Cris y Eric se marcharon después de la cena.
         No tenía ganas de estar ahí mucho más tiempo, sino regresar lo antes posible a su casa.
         Aunque no estaba pasando la mejor noche, intentaría que la de Eric no siguiese por el mismo camino.
         Quería agradecerle por estar con ella en ese momento y por confiar en ella al presentarle tan pronto a su hija.
          Esa noche se lo recompensaría de la mejor manera posible.

sábado, 14 de septiembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 12

         Ese día estaba siendo el más feliz de su vida. Además de ser su cumpleaños, Amanda había conocido a la novia de su padre, que encima le regaló su muñeca favorita, y eso que la acababa de conocer.
         Al principio, cuando Eric la fue a buscar  y le dijo que le iba a presentar a una persona, sintió miedo. No le gustan los desconocidos y sus padres siempre le han dicho que no se acerque ni hable con ellos.
         Pero Cristal era distinta. Desde que la vio al entrar a la plaza y a su padre besándola, le gustó.
         Prefería que Eric estuviera con su madre, pero lo veía tan contento con Cristal , que no le importó que ya no estuvieran juntos.
         Aunque no se acordaba mucho, recordaba oír a sus padre discutir todas las noches en su habitación.
         No sabía por qué discutía, pero para poder dormir tenía que taparse los oídos con una almohada.
         Se juntaba a su viejo oso de peluche al pecho con cada grito.
         "Cristal seguro que lo quiere mucho", piensa la niña y la idea la hace muy feliz.
         Se fueron a una hamburguesería y luego a un parque. Después Eric la llevó a su casa.
         Al día siguiente celebraría una fiesta con sus amigos del colegio y estaba muy ansiosa.
         Eufórica le dio un beso a su madre y le empezó a contar todo lo que había hecho ese día.
              -Mami, mami, ya llegué.
              -Ya veo Amanda. ¿Qué tal el día con papá?
              -Muy bien.
              -A ver, cuéntame lo que habéis hecho.
              -Por la mañana, cuando me vino a buscar papi, me llevó a la playa y comimos ahí. Después fuimos a casa para bañarnos y quitarnos la arena. Nos pusimos guapos y fuimos a una plaza. Papi me presentó a su novia y ella me regaló esta muñeca.- dice mostrándole la vieja muñeca de Cristal-Después nos fuimos los tres a comer hamburguesas y al parque.
         Patricia se queda atónita al escuchar lo que le acaba de decir su hija.
               -¿Tu padre tiene novia?
               -Si. Me dijo que ya ustedes se separaron y pueden tener novios.
               -¿Y cómo es ella?
               -Se llama Cristal y es muy guapa. Es rubia y muy buena conmigo. Cuando fuimos a merendar me hizo estas trenzas. ¿Te gustan mami?
               -Claro que si Amanda.
         Pero esto lo respondió sin prestarle mucha atención y con un tono bastante borde y hostil.
               -Cámbiate y vete a dormir que ya es tarde.
         Estaba tan enfadada y tan disgustada, que aunque había dejado de fumar hacia varios años, salió al balcón para fumarse un cigarro.
         Aún seguía queriendo a Eric y no podía soportar la idea de que estuviera con otra chica.
         Era consciente de lo que había hecho en el pasado, pero pensaba que él la perdonaría.
         Lo infravaloró y esta vez Eric era quien controlaba la situación, por una vez no era la marioneta.
         Pudo haber caído antes en sus engaños, pero ahora tenía a quien lo ayudaría a no tropezar de nuevo con esa piedra.
         Cris lo enseñaría a rodear la piedra y a olvidar por un momento el pasado.
         Patricia creía que ya había perdido a Eric por culpa de Cristal y no quería perder también a Amanda.
         Su hija la había acabado de conocer y ya le gustaba y no estaba dispuesta a que la quisiera más a ella.

jueves, 12 de septiembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 11.

         Tras Cris enterarse del pasado de su novio, de que tiene una hija que no es hija a la que sigue viendo, se prometió a si misma y por Eric que ella jamás lo engañará.
         Pero todavía la historia de Eric y Patricia no se había terminado, aunque ninguno lo sabía de momento.
         El pasado amoroso de Cris era tan distinto al de su pareja que tenía miedo de no saber amarlo como se merecía.
         Solo había querido a un chico en su adolescencia, al que podía denominar su primer amor. Pero como solo eran unos niños de apenas trece años no surgió nada.
         Se llamaba Bruno, era canadiense y desde que comenzó en el instituto con doce años, había coincidido en dos cursos.
         En los pasillos habían cruzado muchas miradas. Cuando uno daba la espalda, el otro se giraba para mirarlo. Pero nunca, salvo en clases, se habían dirigido una palabra.
         Pero Bruno desapareció y después de perder a su gran amor, Cristal estuvo saliendo con varios chicos, para olvidarle, hasta que por fin conoció a Eric.
         Varios días después de la charla con Eric sobre Patricia y su relación tan funesta, Cris iba a conocer a la pequeña Amanda.
         Era su quinto cumpleaños y por eso su padre decidió llevársela de paseo y así le presentaría a Cristal.
         No sabía como reaccionaría la niña al descubrir que Eric ya no volvería con su madre y que ahora salía con otra chica.
         A las cinco apareció Eric con su hija en la plaza donde había quedado con Cris. Se acercaron y cuando se saludaron con un beso, la niña abrió la boca del asombro.
            -Amanda, esta chica se llama Cristal y es mi novia.
            -Ho... hola- dice la pequeña un poco tímida.
            -Hola. Encantada de conocerte.
         Amanda mira a su padre, rogándole una explicación con la mirada.
            -Hija, ya te estás haciendo mayor y debes entender que mamá y papá se pelearon y ahora están separados. Tanto mamá como yo podemos salir con otras personas y por eso ella es mi nueva novia.¿Lo entiendes?
            -Si papi. ¿Te puedo decir una secreto?
            -Claro.
        Y la niña se acerca al oído de Eric y le susurra, muy bajo para que Cris no la oiga.
            -Tú novia es muy guapa. Me gusta.
            -Ya se que es guapa. Y me quiere.
        Y padre e hija se giraron hacia Cris sonriendo.
            -Como sabía que era tu cumpleaños, te he traído un regalo.-dice mientras saca de su bolso una cajita envuelta-Es un poco vieja, pero espero que te guste.
        De la caja aparece una pequeña muñeca pelirroja que lleva un vestido rojo y unos zapatitos de charol.
            -Era mi muñeca favorita cuando tenía tu edad y la tenía guardada en una estantería. Ahora quiero que la tengas tú. Sé que la vas a cuidar muy bien. Incluso se parece un poco a ti.
            -Gracias Cris. La voy a cuidar muy bien.
        Y la niña se acerca a ella para agradecerle el regalo y darle un beso.
        Aunque sus padres ya no se quieran y no estén juntos, Amanda se alegra de que su padre tenga una novia como Cristal.
        Eric le entrega también su regalo y salen juntos de la plaza. Coge de la mano a Amanda, que después de darle la bolsa de los juguetes a su padre, le tiende la mano a Cris, que se la da encantada.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Nuevo día de subida de capítulos

Hasta ahora pretendía subir los capítulos cada jueves-viernes aunque los he subido bastante desordenados por unos motivos u otros.
Al comenzar las clases esta semana, el horario se me va a trastocar un poco y la idea de subirlos viernes la he tenido que descartar.
Entonces he decidido que a partir de esta semana entrante los capítulos de El amor no es solo dolor los publicaré los fines de semana(intentaré que sea los sábados, pero como último remedio serán los domingos).

"Viejos recuerdos"

     Recuerdo que te encantaban mis coletas; recuerdo las "peleas" de los inicios de clase; recuerdo tu ayuda cuando me "declaré"; recuerdo las tardes hablando de todo un poco; recuerdo tus cumpleaños, el mío; recuerdo las interminables horas de matemáticas juntos; recuerdo cuando ponía los ojos en blanco que tanto te molestaba; recuerdo nuestro último día de la eso juntos, la comida, el resbalón, el culazo y la persecución; recuerdo las comidas de antes de los exámenes de matemáticas por la tarde, nuestras miradas; recuerdo el día aquel que me saludaste en medio del pasillo y me dijeron que me había sonrojado, y puede que fuese verdad o que fuera porque había bajado caminando; recuerdo cuando te conté que había quemado la carta que tú entregaste y me felicitaste por pasar de una vez de ese tío; recuerdo la botella de whisky que teníamos pendiente de compartir; recuerdo cuando eramos los reyes y aquella loca nos debía sumisión; recuerdo cuando me decías que yo valía para ir a la universidad y tú me obligabas a presentarme a los exámenes; recuerdo los momentos tiernos, los tristes; recuerdo que me dijiste que aunque me fuese a otro país donde no me vieses, sabrías siempre dónde estaba e irías a buscarme (algunos lo toman como signo de ser falso, yo lo como un signo de cariño.); recuerdo estar seis horas hablando, quedarnos hasta la una hablando incluso teniendo exámenes el día siguiente; recuerdo el beso en la calva del profesor de historia por el cinco que me puso; recuerdo desearte suerte antes de tus exámenes; recuerdo cuando te dije que estaba mala y te preocupabas por mi y de que fuese al médico.
     Recuerdo muchas cosas buenas que hemos vivido juntos, pero también los malos.
     Recuerdo pasar al lado tuyo y tratarnos como desconocidos; recuerdo escribirte y esperar horas y horas tu respuesta; recuerdo como me has ignorado; recuerdo verte con la que solo es tu amiga abrazados de forma más que amistosa y de pasar por delante de vosotros y que me sonrieses con malicia; recuerdo decirte las cosas como las pensaba y que tú te enfadaras por ello; recuerdo cuando empezaron los celos y tus preguntas de si estaba bien cuando era notable que no lo estaba; recuerdo estar con mis amigos y que llegases tú con ella y yo no saber qué hacer, dónde meterme; recuerdo las ganas que he tenido de huir porque no soporto ver cosas que me hacen tanto daño.
     Hay recuerdo que me hacen muy feliz, pero hay otros que preferiría olvidar.
     Muchas veces me gustaría no haberte conocido nunca, no tener tantos recuerdos en común.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Nuevo sorteo en donde participo.

Participo en un nuevo sorteo, esta vez del blog http://nannybooks.blogspot.com.ar por sus 500 seguidores.
El banner lo dejo al lado, donde pone Sorteo.

El amor no es solo dolor. Capítulo 10

         Afirmar que te han fastidiado la vida es algo muy fuerte.
         ¿Qué pudo haber hecho Patricia?
         A Cris no se imaginaba lo que podía haber pasado.
         Patricia era una joven de veinticuatro años que estuvo saliendo desde los dieciséis con Eric, un año menor que ella.
         Con veinte años se había quedado misteriosamente embarazada, pero Eric no lo supo hasta que dio a luz a una pelirroja niña, igual que su madre, llamada Amanda.
         Eric la crió desde pequeña, y después de ocho años de relación y con una hija de cuatro, descubrió que Amanda no era suya.
         En una discusión muy fuerte, y en un estado de rabia, Patricia le confesó que había estado con uno de sus amigos cuando se quedó embarazada de Amanda.
         Tal fue el cabreo, que Eric acabó totalmente con la relación, recogió todas las cosas de la casa que compartían y se marchó.
         No tenía ganas de volver a estar con quien le había mentido durante tanto tiempo.
         Echaría de menos ver a aquella niña de pelo rizado, cuidarla y quererla, puesto que para él era su hija, pero su madre le había hecho mucho daño y verla le recordaría cada día los años que había vivido en un engaño.
         Dejó de ver a sus antiguos amigos, aquellos que ambos compartían, aquellos entre donde estaba el traidor, el que se hacía llamar amigo y le clavaba el puñal por la espalda.
         Los había protegido tanto que no se podía imaginar que uno de ellos le hubiera hecho eso.
         Buscó un piso donde vivir hasta que acabase la carrera y se hizo amigo de sus nuevos compañeros.
         Estaba harto de cuidar de lo que no era suyo y de que lo tratasen como si fuera tonto.
         Desconectó de todo el mundo, no contestaba llamadas, hasta que un día recibió una de un número oculto.
         Desde que descolgó supo quién llamaba, reconoció la dulce voz de la que era su hija.
         ¿Cómo había conseguido Amanda su teléfono?
         Por un momento olvidó el pasado y habló con la niña.
            -Papi, ¿dónde estás?¿Por qué ya no vives en casa?
         Patricia no le había contado nada a la niña.
            -Amanda, cariño, mami y yo estamos enfadados y yo me fui de casa hasta que se nos pase el enfado.
            -Te echo de menos papi. Y mami también.
            -Yo también te extraño Amanda. Te quiero mucho.- respondió Eric con los ojos llenos de lágrimas.
         Pero antes de que la niña pudiera responderle que ella también lo quería y que quería que volviese a casa, su madre le arrebató el auricular.
         Era la oportunidad que tenía para pedirle perdón a Eric y rogarle que regresase.
            -Amanda, hija,¿sigues ahí?- preguntó Eric, secándose las lágrimas con la manga de su sudadera.
            -Eric, vuelve, por favor, por la niña.
         Patricia.
         Tenía claro que no quería volver a verla, pero si que quería estar de nuevo con la niña.
            -No pienso volver si es lo que pretendes. Yo a la niña la quiero y para algo la he cuidado desde que nació. Y porque su madre sea una golfa no voy a dejar de verla y darle todo lo que necesite. Voy a seguir viéndola, pero no me voy a quedar en la casa. Se viene conmigo algunos días y la voy a seguir tratando como hija mía.
        Y cuelga sin darle tiempo a responder.
        Sigue llamándolo el resto del mes, pero él ya no contesta.
        Cuando quiera hablar con su hija, la irá a buscar y hablaran.