lunes, 16 de julio de 2012

"Tú eres la razón de mi ser"

              Mis amigos se extrañan cuando les digo que después de tantas ignorancias por tu parte, todavía te sigo amando, pero es que no puedo evitarlo, una fuerza mayor y más fuerte cada día, hace que lo que siento por ti sea irrompible.
             Tus ojos me envuelven y me llevan a una locura extrema que soy incapaz de controlar. Tu sonrisa, tus labios, me paralizan.
             Por una parte seguro que tienen razón, pero por otro lado una fuerza sobrehumana hace que eso sea insignificante y que cada día mi corazón y mi mente se sincronicen en una perfecta armonía y estén de acuerdo para amarte plenamente a ti y a nadie más, ignorando los comentarios de los demás, solo haciendo caso a lo que tu existencia provoca.
            Aunque sé que todos los intentos para que me des una oportunidad, cada canción en mis estados, cada indirecta y cada mirada descarada no han surgido efecto y he gastado mi tiempo en vano para no conseguir lo que me he propuesto, no me rendiré tan fácilmente. Seré fuerte, lucharé como una amazona, daré y sacaré toda la fuerza que llevo dentro para lograr que por lo menos un poquito de tu corazón sea mio y que siempre permanezca ahí.



        Tú me mantienes unida, logras que cada pieza esté en su lugar y haces que funcionen correctamente.

"Si tú ya no estás"

              Tantas lágrimas han sido derramadas en mi almohada que parece una nube a punto de precipitar una fina lluvia de abril que recorre mi brazo cual suave rocío.
              No hay día que pase y que no llore por tu ausencia, porque ya no estás a mi lado. No puedo conciliar el sueño si estás lejos. Cada noche duermo con una foto tuya, la guardo bajo mi almohada porque no te puedo sacar de mi mente, o la aprieto fuerte contra mi pecho para tenerte cerca de mi corazón.
              Algo dentro de mi pecho me aprisiona el corazón cuando oigo tu nombre y me causa tal dolor que me impide respirar.
             Esta vez el destino ganó y logró separarnos, pero la próxima vez seré yo la que venza y gane la partida y ya nunca más el destino me podrá vencer y tú y yo estaremos juntos toda la eternidad.
            Desde que no estás, las letras de las canciones empiezan a cobrar sentido para mi y siento que lo que cuentan es nuestra historia de amor.


         


           Karma y destino están en mi contra, mis sueños ya no se cumplen y no me quedan casi fuerzas para seguir adelante.


                             Te tengo o te perdí- Juan Velez

lunes, 9 de julio de 2012

"La luz de mis ojos"

             Un día, hace ya tanto tiempo que perdí hasta la cuenta, vi entrar por la puerta de clase a un joven, moreno de piel, de nariz respingona, de ojos castaños y más brillantes que un lucero, de sonrisa perfecta y profunda y que hace que te pierdas en el continuo espacio-tiempo. Nada más verlo supe que era él, que era el perfecto, que era mi príncipe azul, el ángel que vela por mis sueños y procura que sean los más hermosos.
             No pasa un día en el que no piense que, desde que lo conocí, mi vida cambia a mejor, día a día, pasito a pasito. Y algún día, dentro de no mucho, ese jovencito se convertirá en un apuesto hombre que me atraerá como enloquecida, de ojos desorbitados hacia su cuerpo ya perfecto, divino, digno de los dioses.
            Cuando por fin, después de años y años de aprisionamiento en el pecho por tantos sentimientos acumulados y nunca dichos, fui valiente y le dije que le amaba.
            Era consciente de que seguramente no sentía lo mismo que yo, pero una mínima esperanza dentro de mi esperaba que me equivocase. Me llevé el mayor chasco de mi vida y la peor puñalada que se le puede dar a un corazón, UN RECHAZO, pero, aún así, con cada pedacito de mi desquebrajado corazón, lo amo y lo seguiré amando hasta que mi corazón esté tan muerto que no sea capaz de amar a nadie, y ahí será cuando mi amor por él acabe.




El corazón no entiende de edades y es el jefe que dicta las palabras y yo, la secretaria que simplemente se encargar de redactarlas.


                      Te he echado de menos-Pablo Alborán