sábado, 30 de noviembre de 2013

"Lo que mal empieza, bien acaba"

Fui a clase como todos los días, me senté a hablar con unas compañeras y esperé a que llegara la profesora.
La clase ya había empezado cuando apareció un nuevo compañero. Era nuevo para los demás, no para mi. Yo lo conocía....y mucho.
En ese momento me entraron ganas de huir y le pedí a la profesora que me dejara ir al baño. No me dejaba hasta que el nuevo se presentase, y no me quedó más remedio que decirle que yo ya lo conocía.
Le dije su nombre y apellidos, fecha de nacimiento, que tenía una hermana mayor, de donde venía e incluso la carrera que supuestamente había empezado a estudiar. Y a cada una de mis palabras, ella lo miraba esperando una comprobación que le llegaba con un asentimiento con la cabeza de su parte.
La profesora comentó que solo faltaba que supiera si tenía novia o no, recibiendo por respuesta y con un tono bastante borde de mi parte un "No lo sé, él me dice que no y yo veo que si, pero como nunca me cuenta nada....¿Puedo irme ya?"
Ahora si me dejó salir y ya refugiada en el baño le mandé un mensaje a una amiga para que viniera a dar conmigo.
Un rato más tarde, entró ella y una de mis compañeras con la que había estado hablando antes. Se había preocupado al ver mi cara cuando salí de la clase. Se lo tuve que contar.
Cuando regresé a la clase después de haber estado en el baño un rato llorando, lo vi sentado en la mesa que estaba vacía al lado de la mía. La profesora había pensado que ya que lo conocía se podía sentar conmigo.
Pasamos las horas que quedaban hasta el descanso sin hablarnos; cuando me pedía algo, se lo daba sin ni siquiera mirarlo a la cara.
Cuando salimos por fin al recreo, yo me puse en el sitio de siempre y él me siguió para no sentirse perdido.
Más tarde mi amiga pasó y me preguntó que cómo estaba, que si ya estaba mejor, y lo miró a él de refilón con mala cara. Mis compañeros no sabían que cara poner, no entendían nada. Después se marchó y él me apartó. Quería saber qué me pasaba con él.
Si mirarlo a los ojos le respondía, mientras él me sujetaba por los hombros.
-¿Qué te pasa conmigo?
-No me pasa nada- y más bajo comenté- y a la vez todo.
-¿Y por qué desde que entré y he hablado contigo no me has mirado nunca a los ojos?
-Porque no puedo.
Me quiero esconder de él, de su mirada, pero él me sujetaba por la barbilla para que lo mirase.
Me dio por perdida sin antes decirme que sentaría en otro lado.
Antes de que se fuese muy lejos, lo cogí de las manos para que no se marchase.
-Por favor, no te vayas. Te prometo que seré aquella que conociste hace años, aquella que te hacía rabiar cuando ponía los ojos en blanco, a la que llamabas "pollahontas" cuando llevaba las dos trenzas, a la que ayudaste a declararse, con la que podías hablar durante horas, la que te deseaba suerte en los exámenes, la que te hacía reír con sus boberías y la que comprendía como te sentías. Cambiaré, te lo prometo.
-No quiero que cambies. Me gustas tal y como eres. Respóndeme una cosa antes, ¿me quieres?
-Te quiero a mi lado.
-No me has entendido.
-Ni tú a mi.
Me di cuenta de que nuestros compañeros estaban asomado la cabeza para cotillear que pasaba. No entendían que era lo que había pasado entre nosotros, por qué yo sabía tanto de él.


sábado, 9 de noviembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo extra.

Ficha de presentación de Cristal:
*Edad: 19 años.
*Descripción: Rubia de ojos verdes. 1.69 centímetros.
*Lugar de nacimiento: Tenerife.
*Amigas: Yolanda, Daniela y Raquel.
*Pareja actual: Eric.
*Tiempo de la relación: 2 meses y una semana.
*Primer amor: Bruno.
*Estudios: Segundo curso de magisterio.
*Estado: Independizada.
*Cumpleaños: 2 de noviembre. (Celebración: 15 de noviembre por la fecha de nacimiento de su madre)
*Padres: Yeray y Lucía.
*Mascota: Blaqui.
*Vida en el colegio: La más popular. Parejas temporales: Alexis, Daniel y Raúl.
*Vida en el instituto: La más popular. Parejas temporales(rollos):  Enrique, David y Javier.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 19

         No paraba de reírse con todas las tonterías que estaban haciendo sus amigas esa tarde. Estaba desconectando de todo lo que le perturbaba la mente. Nada podría arruinarle el día.
         Desde que llegaron Daniela, Yolanda y Raquel, les contó la novedad de esa última semana.
         Éstas no salían de su asombro.
         Todas, en algún momento de su adolescencia, estuvieron coladas por el canadiense y no paraban de maldecir a su amiga por haber hablado con él y no haberlas avisado para ir ellas también.
         Jamás las habría llamado, porque seguramente nunca los habrían dejado hablar seriamente y con tranquilidad.
         Además, si ellas hubieran estado nunca se habría enterado de todo lo que le ha pasado a Bruno desde que se marchó, empezando por las llamadas sin respuestas y acabando por Ian.
         Aunque Cristal le contó a sus amigas muchas de las cosas que le dijo Bruno, se guardó la información sobre el amor.
         Ellas, que eran muy curiosas, le preguntaron si Bruno le había contado si tenía novia, pero ella se limitó a decirles que no le dio tiempo a preguntarle.
         Tan cotillas podían llegar a ser, que no se cortaron en pedirle su número de teléfono para averiguarlo ellas por su cuenta. Cristal les dijo que no lo tenía, que desde que se marchó, había cambiado de número.
         Se decepcionaron un poco porque, aunque las tres tenían novios, querían saber que era de la vida del guapo y tímido estudiante canadiense que un día apareció en su clase.
         Empezaron a recordar ese día, el día que el profesor de música les anunció que tendrían un nuevo compañero.
         Todos miraron hacia la puerta para ver a un pequeño jovencito que no aparentaba tener más de once años. Al principio no entendían que hacía ese chico ahí si ellos tenían trece años, hasta que, con un leve tono de voz y dificultad para hablar el español fluido, se presentó."Ho....hola. Me llamo Bruno, tengo trece años y he venido a Tenerife desde Canadá por el trabajo de mi madre."
          "¡Un chico extranjero!" o "¡Qué mono intentando hablar español!" fue lo primero que dijeron las chicas de esa revoltosa clase de segundo de la eso.
          El profesor invitó a Bruno a que se sentase en un asiento vacío y encontró uno al lado de una chica rubia.
          Pero ella no se inmutó de su presencia, ni siquiera lo miró cuando tímidamente le pidió un lápiz. Se lo dejó sin apartar la vista de un dibujo japones que tenía sobre la mesa.
          Todas las chicas se intentaban acercar a Bruno para intentar conquistarlo, incluso las tres amigas de Cris, pero él le dio largas a todas.
          La única chica que todavía no lo había intentado era por la que estaba esperando.
          Después de es momento de vuelta al pasado, la música en el piso de Cris aumentó y todas dejaron sus pensamientos a un lado y empezaron a bailar (o a saltar sin más, no se sabía muy bien cual de las dos era).
          Ya había anochecido y Cristal invitó a sus amigas a que se quedaran a dormir ahí.
          Pidieron unas pizzas, hicieron unas palomitas y empezaron a ver una película, pero a mitad de la mejor escena, el teléfono de Cris sonó.
          Sus amigas rechistaron y ella se tuvo que marchar a la cocina para hablar sin que volaran cojines cerca de su cara.
          Era Eric.
          ¿Qué le pasaría para que llamase a esa hora y con ese tono de voz?
          Aprovechando que estaba en la cocina, cogió un vaso y lo llenó de agua, pero al Eric contarle lo ocurrido, éste se cayó al suelo.
          El estruendo alertó a las demás chicas, que pararon la película y fueron a ver lo que había pasado.
          Vieron a su amiga, petrificada, con el móvil en una mano, separado de su oído y unos cristales muy cerca de sus pies descalzos.
          Desde el teléfono podían oír gritos de Eric, que se había asustado al oír el estampido y no paraba de preguntarle a Cris qué había ocurrido.
          Viendo como estaba su amiga, Raquel le quitó el móvil de la mano para tranquilizar a Eric, mientras que Daniela y Yolanda se aseguraban de que Cristal no se había cortado.