martes, 8 de julio de 2014

"Reconciliación deseada"

Me acosté y esta historia comenzó:
Comenzaron las vacaciones de verano y unos amigos de mis padre nos invitaron a una de sus casas para pasarlas.
Cuando llegamos era ya la hora de cenar, pero me sorprendí a ver a más personas sentadas a la mesa. Cuando nos invitaron pensé que era a nuestra familia sola, pero me equivoqué. Ahí había otra familia a la que conocía bien, sobretodo a uno de sus miembros. Pero buscando con la mirada no lo encontré. ¡Menos mal!
Estaba cansada del viaje y habiendo comido apenas nada, pedí disculpas y me marché a la que sería mi habitación durante una semana.
Me cambié la ropa sin encender la luz por eso no pude ver la sorpresa que me esperaba cuando me acostase. 
Tumbándome en la cama sentí algo detrás de mi y creí que era un cojín o una almohada, pero cuando la fui a quitar para poder acostarme, el bulto que se encontraba detrás soltó un chillido:
-¡Ehhh! 
- ¿Tú?- mierda, y yo que pensaba que solo, habían ido solo sus padres- ¿Qué carajos haces tú en mi cama?
- No sabía que era tu cama, ni siquiera sabía que estarías aquí. Lo siento, mi hermana se trajo a su novio y se cojieron mi cama y cuando me fui a acostar vi que esta estaba vacía. Mi habitación estaba aquí al lado y estaba tan cansado que utilicé la primera que vi.
- Vale, no importa, quédate ahí que yo me acuesto en el sofá.
Me tumbé en el sofá y comencé a dar vueltas esperando encontrar una posición en la que pudiera descansar cómodamente. Pero no la encontré y de pronto volvió a sonar su voz:
- Sonia, ¿quieres acostarte en la cama? Se ve que no estás cómoda. Venga, que no muerdo.
- Bueno, vale.- no era lo que tenía esa idea para mis vacaciones, pero no me quedaba otro remedio. Estaba muerta de cansancio. Me acosté junto a él y cuando nuestros brazos rozaron y sentí su piel, inexplicablemente me ericé- Hacía tiempo que no te veía.
- Ya. Mucho tiempo.
-¿Qué tal te va la vida?¿Sigues saliendo con Carmen?
- No. Antes de que empezaran las clases rompimos.
- Lo siento- dije medio dormida.
- No tienes por que sentirlo. Me di cuenta de que seguía enamorado de ti- dijo bajando la voz cuando se di cuenta que estaba dormida sobre su pecho. Me dio un beso en la cabeza y abrazándome también se dejo dormir.
Se hizo de día y cuando abrí los ojos y lo vi a mi lado, supe que no era un sueño.
Tras desayunar, nos fuimos a dar un paseo, como dos viejos amigos que se reencontraban después de una fuerte pelea y quieren arreglarlo. Solo que lo nuestro fue distinto. Dejamos de hablar de un día para otro, sin saber cual era la razón, y ninguno fue capaz de hablar con el otro para intentar solucionarlo.
La playa era el lugar perfecto para arreglarlo todo.
-¿Qué haces?
- Hacerte cosquillas, pero no te las encuentro.
- Pues lógico, solo mi madre, mi hermana y Fabi saben donde tengo las cosquillas.
- A ver si por aquí. Jajajaja, las escontré.- y no sé cómo encontró mi punto débil.
- ¡Nooo!¡Quieto, para!- grité mientras nos caímos a la arena y rodamos mientras nos hacíamos cosquillas mutuamente.
Cansados, nos quedamos tumbados en la arena, mirando al cielo y recuperándonos de las risas.
- Bien, y ¿ahora que hacemos?
- Vámonos a casa, estoy cansado, tengo ganas de meterme en la cama y dormir.
- Tengo una idea mejor.
Cuando llegamos a la casa, busqué una hamaca que había visto el día anterior, la colocamos entre dos árboles, justo antes de que empezara el atardecer.
Primero me subí yo, luego él y la gravedad hizo que rodara hasta él. Y como la noche anterior, mi cabeza quedó apoyada en su pecho y su brazo me rodeaba con fuerza, como si no me quisiese soltar nunca.
- Sonia, ¿sabes qué? Que te quiero.
Y ahí acabo todo a mi pesar.


                         

sábado, 5 de julio de 2014

Jodidas cadenas

Este año me siento espléndida, mejor que nunca, a gusto conmigo misma, he comenzado a ir al gimnasio, salgo mucho con mis amigos, me van a poner los aparatos (cosa que me pone muy contenta), pero siempre hay algo que me falta, que no me deja ser completamente feliz.
¿Será por todas esas fastidiosas cadenas que mandan y no he seguido? Quién sabe, tendré que empezar a reenviarlas.