sábado, 21 de diciembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 21.

         Amanecía en el hospital. Cristal tenía unas ojeras que hacían que sus enormes ojos verdes se perdiesen en la profundidad del oscuro mar. Mientras, los de Eric seguían cerrados, porque él viajaba en su estado de inconsciencia sin un rumbo fijo.
         Entró en la fría habitación un joven estudiante de medicina junto a las amigas de Cristal babeando por detrás. Venía a ver cómo continuaba el estado de salud del paciente.
         Después de verificar que todo continuaba igual se marchó con mucha elegancia, seguido por la mirada indiscreta de Daniela, Yolanda y Raquel.
            -Cris,¿has visto como está el tío ese?- preguntó Yolanda.
            -He estado a punto de pedirle que se casase conmigo cuando me he resbalado con las babas que soltaba Yoli- contó Daniela elevando la voz por encima de las de las demás.
            -Lo siento cariño, pero es que  hasta le arrancaba esos braquets de cuajo. Se llama Adrián y si todo él bajo la bata blanca esa es tan bonito como su cara, se la quitaba y le hacía un hijo- comentó Yolanda soltando una carcajada.
         Cris no aguantaba oír nada más de ese tío salir de la boca de sus amigas.
         Ellas seguían cotorreando acerca de lo bueno que estaba Adrián cuando Cristal estalló y gritó:
             -¡Parad ya de hablar sobre ese chico!¡Me da igual si es guapo o no, como se llame y todas las demás tonterías que no habéis parado de decir hasta ahora! Solo me interesa como médico y lo único que quiero de él es que haga que Eric se recupere.
             -No te pongas así. Seguro que tú también te has fijado en lo guapo que es y no quieres admitirlo porque tu noviecito está medio muriéndose en esa camilla.- le gritó Yolanda, justo antes de taparse la boca para no decir algo igual a lo que acababa de gritarle a su amiga-Lo siento Cris, no quería decir eso. Perdóname.
            -Largo.- dijo en voz baja Cristal-Largo de aquí, todas.- siguió diciendo elevando por completo su voz y su ira-No quiero volver a veros en un tiempo. No volváis por aquí.
         Sus amigas se marcharon sin rechistar porque sabían que lo habían hecho mal, sobretodo Yolanda, que mientras salía por la puerta le rogaba con la mirada su perdón, sin obtener respuesta de Cristal, que mantenía su cabeza gacha en dirección a Eric mientras una lágrima seguida por otras recorrían sus mejillas y empañaban sus tristes ojos.
         ¡No se podía creer que sus amigas, sus amigas, se hubiesen comportado así!
         ¿Qué tendría ese chico para que todas se quedasen mirándolo sin articular palabras? Vale que era guapo, y que Cristal se había fijado en eso cuando entró a la habitación, pero supo guardar la compostura.
         Cris paró un momento su cabreo y su llanto y se dio cuenta que la cara de ese chico le resultaba familiar.
         Antes de conocer a Eric, en la universidad ya lo había visto en los pasillos y había intentado ligar con él, fracasando porque le sacaba él unos siete años y cuando eso ella solo tenía dieciocho años.
         Por su cara al entrar a la habitación y verla, él la había reconocido mucho antes que ella a él.
         Podría tener un año más que la última vez que habló con ella en el pasillo de la facultad y con su picardía le había pedido que fuese su novio. Seguía estando tan guapa como ese día y ahora que no tenía novia no le importaría salir con ella.
         Pero Adrián acaba de caer en algo; en la habitación había un chico, Eric creía recordar que se llamaba, y por lo que había oído, era el novio de Cristal.

Comienzan las vacaciones y....

Hace unos días comenzaron mis vacaciones y la verdad es que hasta ahora no he tenido mucho tiempo para ponerme a escribir la culpa es del horario. Entre que tengo que hacer las cosas rápido por las mañanas y por la noche prácticamente no puedo hacer nada porque estoy cansada, solo puedo aprovechar algún fin de semana que otro y alguna hora en clase en la que nos dejen hacer cosas distintas o que no estemos haciendo nada y la tengamos libre para poder escribir un poco.
A parte de eso he estado con otros textos que no corresponden a la historia El amor no es solo dolor porque el blog no se basa solo en esa sección y esos si los he subido porque no me cuesta tanto imaginármelos y redactarlos tanto como los capítulos puesto que la mayoría son sueños que he tenido y me gusta contaros.
A partir de ahora intentaré ponerme al día con los capítulos que tengo atrasados y escribir algunos más para cuando comience las clases de nuevo y no tenga tiempo de escribirlos. Posiblemente intente en esta semana recuperar todos los capítulos que lleve con atraso y ponerme así al día. Además tendré que compaginar los capítulos con estudiar un poco y pasar tiempo con mis amigos que hace tiempo que no los veo, porque me merezco un descansito, que este trimestre me lo he currado como la que más jajaja.
A continuación os dejo el siguiente capítulo de la historia de Eric y Cristal que continúa casi o igual de intrigante como el capítulo anterior.
Seguro que os sorprende, nadie se espera lo que va a pasar, ni siquiera yo misma se lo que va a pasar hasta que empiezo a escribir jajaja.
Por cierto, FELIZ NAVIDAD a todos mis lectores. Espero y os deseo que este año 2014 que empieza pronto os depare todo lo mejor que podáis recibir.
Una pregunta, ¿qué deseo le pedís a este año nuevo? Yo, como en todos los anteriores, pido encontrar un novio :s jajaja. Es que soy muy romántica jaja. ¿Y vosotros? Déjenme sus deseos en los comentarios, si no os importa.

                                    

"El niño de los ojos azules"

         Terminaba un día que había transcurrido con una comida con mis padres y unos amigos suyos. El coche iba demasiado lleno y como estábamos cerca de casa, algunos tuvimos que empezar a caminar para llegar a ella. De repente alguien montado en una moto apareció cerca nuestro, pero al principio no le presté mucha atención. Seguí caminando y el de la moto me seguía. Me paré y cabreada le dije que qué pasaba.   Primero, mientras hablaba se subió la visera del casco y pude ver unos hermosos ojos azules aunque era de noche se podía distinguir perfectamente el color y después se quitó el casco completamente. ¡Yo conocía a ese chico! De pequeños habíamos estado muchos años compartiendo clase.
         Estaba harta ya de caminar, y como vivimos relativamente cerca le pedí que si me podía subir en la moto él. Accedió y los demás pudieron subir en el coche de mis padres.
         Más rápido que la velocidad de la luz estábamos por fuera de su casa. Aparcó y me acompañó hasta la puerta de mi casa. Todavía quedaba tiempo para que los demás llegaran, así que empezamos a hablar. 
         Comenzamos prenguntándonos cosas que no sabíamos del otro después de tanto tiempo sin vernos.
         De pronto me contó que llevaba mucho tiempo enamorado de mi, que aún se acordaba del primer día que me vio, en el que todos no parábamos de llorar porque no queríamos separarnos de nuestras madres, cuando yo llevaba mis rizos.
         No podía comprender cómo no me lo había dicho después de todos los años que nos conocíamos.   Pero cuando quise preguntárselo, mis padres llegaron y él se marchó.
         Al día siguiente vino de nuevo a mi casa. Bajé y empezamos a hablar mientras caminábamos.
         Fuimos hasta su casa y al entrar nos encontramos a su madre. Después fuimos al salón y nos sentamos. Charlamos sobre todas las cosas que habíamos hecho juntos cuando aún estábamos en el colegio.          Recordé las veces que fuimos el uno a la casa del otro para hacer miles de trabajos, cuando salimos en Halloween juntos y mi madre le pedía al otro amigo que nos acompañaba que me cuidara bien, que de él no se fiaba, cuando mi regla partida acabó en medio de su frente haciéndole un puntito rojo que le duró unos cuantos días y la curiosa cicatriz que dejó en mi barbilla de por vida después de un torpe cabezazo por ir los dos corriendo.
         Le comenté que una de mis ilusiones era hacer una reunión de antiguos alumnos, como lo hacen los estadounidenses, y juntar a todos los que compartimos clase durante nueve años.
         "-¿Por qué te gustaría hacer eso?- me preguntó.
          -Quitando algunas cosas, esa época fue la mejor de mi vida. Estos años han jugado mucho conmigo y se han reído mucho de mí. En el colegio se metían un poco conmigo, sus palabras nunca me hicieron daño, porque solo eramos un par de mocosos."
         Seguimos saliendo como amigos durante un tiempo, me llevaba a dar vueltas en su moto,etc., aunque sabía que aún le gustaba.
         Más tarde, un día me llegó un mensaje suyo diciéndome que buscara un traje bonito, que al día siguiente me llevaría a un sitio muy elegante.
         Conseguí un hermoso traje azul que me llegaba casi a los pies.
         Como me había dicho me vino a buscar, pero esta vez con el coche.
         "-Menos mal que trajiste el coche porque con estos tacones no puedo caminar más de dos metros sin caerme.
          -No dejaría que te cayeses. No te preocupes. Toma, póntelo en los ojos y asegúrate de que no ves nada.- me dijo pasándome un trozo de tela."
         Yo me la coloqué y aunque llevaba los ojos tapados, intentaba averiguar por los movimientos del coche a dónde nos dirigíamos, pero no lo logré.
         De pronto sentí que paramos, su puerta abrirse y cerrarse y luego abrirse la mía. Me tendió su mano para bajarme del coche y luego me dirigió hacia ese misterioso lugar.
         "-Cuidado, ahí hay un escalón, no te vayas a tropezar. Sujétate a mi brazo si quieres."
          Llegamos y quitó la venda que me tapaba los ojos. Estábamos en el colegio. Pero no era como todos los días; en medio del patio había un escenario y alrededor estaban varias mesas redondas colocadas y perfectamente decoradas para una ocasión especial.
          No podía entender por qué el colegio estaba así ni por qué estaban todos allí. Mis antiguos compañeros y algunos de otras clases se encontraban ahí.
          Solo lo pude comprender cuando él me dijo que mi sueño, mi deseo se había cumplido, él lo había hecho realidad.
          La reunión había comenzado y todos estábamos comiendo en las mesas ordenados por la clase en la que estuvimos cuando me llamaron al escenario para que dijera algunas palabras. Brevemente recordé algunas cosas que me habían ocurrido en el pasado con algunos de mis compañeros, como cuando con mi mejor amiga de esa época empezábamos a darle pequeñas patadas a los chicos, o cuando me caí y me tuve que pasar una de las fiestas locales con el brazo en cabestrillo,... No me podía olvidar de él, el niño de los ojos azules que se había convertido en todo un hombre que me sacaba una cabeza.
          Comenté que ese tiempo fue uno de los mejores para mi, aunque había veces que se metían conmigo, pero eran cosas de niñas pequeñas y ya lo había olvidado.
          "-Aunque el colegio fuese donde mejor lo pasé, no me puedo olvidar de lo mucho que he aprendido en el instituto ni de las personas que ahí he conocido, porque esas, exactamente una que está aquí presente y otra que no está, que han hecho esos seis años los más amenos y divertidos posibles. Por eso quiero darles las gracias a esas dos personitas que tanto quiero. Espero que lo sepan y no se les olvide nunca."
          Por último mis palabras fueron:
          "-Y por último quiero decir que hoy he aprendido una lección muy importante, y es que lo que empezó en el colegio puede seguir hasta ahora y que hay veces que se le puede dar una oportunidad al pasado."
          Bajé del escenario y la música empezó a sonar. Él me sacó a bailar.
          "-Señorita, ¿me concede este baile?"
          Empezamos a bailar cuando mi "papi" apareció y me pidió que lo acompañase. Me apartó para decirme que había grabado mis palabras y se las había enviado a mi mejor amigo, que por un mensaje me contestó que claro que lo sabían y que ellos también me querían.
           Después me devolvió con mi pareja de baile. Me preguntó que me había dicho y se lo conté.   Empezó una canción lenta y nos acercamos más, yo apoyé mi cabeza en su hombro y seguimos la música.
           Me preguntó que si lo que había dicho en el escenario iba por alguien en concreto y yo le respondí que iba por él. Y nos fundimos en un beso.


¡OTRO SORTEO!

Mi querida Nanny Nakia nos ha vuelto a sorprender con un supersorteo internacional, y es que esta vez está ofreciendo nada más y nada menos que 34 libros entre ellos algunas sagas. Daros prisa porque se acaba dentro de muy poco. Yo ya participio.
Como siempre os dejo el banner aquí al ladito.
Como diría Effie de los Juegos del hambre.....¡Que comiencen los juegos del hambre y que la suerte esté siempre de vuestra parte!

lunes, 9 de diciembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 20

         Eric no dejaba de sentirse culpable. Por su culpa Cristal se podía haber hecho daño. Aunque Raquel le había asegurado y repetido que Cris estaba bien, no podía parar de dar vueltas en su habitación, preocupado.
         No pensaba que se lo iba a tomar de una forma tan drástica, y cuando oyó el crujido del vaso al tocar el suelo, el corazón se le subió a la garganta.
         Aunque fuera a ser padre de nuevo con Patricia, eso había sido un error de borracho que Cris no tenía por que pagar.
         No quería a Patricia, pero no por ello iba a renunciar a su primer hijo, de verdad, y pasar de él.
         Pero no quería pensar más en el ser que más daño le había hecho.
         Cogió una sudadera del armario, se puso las zapatillas que utilizaba para ir al gimnasio después de clase y salió a correr por las calles de su pueblo.
         No muy lejos vivía Cristal y estaba tan preocupado, que no pudo resistirse, aunque fuera ya bastante tarde, a acercarse y ver cómo estaba.
         Suponía que sus amigas estarían todavía ahí, tan preocupadas como él y aunque no las conocía personalmente, eso no lo iba a detener de lograr su propósito.
         Lo estaba pasando mal y quería estar con ella todo el tiempo posible, apoyarla y consolarla.
         Seguramente estaría cabreada con él, normal, iba a tener un hijo con su ex, otra vez y lo entendía, pero aún así se pensaba quedar con ella.
         Fue aminorando la velocidad a la vez que se acercaba más y más al apartamento.
         Tocó el timbre con decisión y esperó a que alguien respondiera a través de él.
         Pasó un rato y no salía nadie a hablar con él; miraba hacia las ventanas por donde se había asomado Cristal semanas antes, pero las cortinas cerradas no le dejaban ver nada.
        A través de la cámara del telefonillo las cuatro podían ver quien era el que llamaba. Daniela quiso abrirle, pero con un grito que la asustó, Yolanda y Cristal, al unisono, le ordenaron que no lo hiciese.
        Eric al final desistió y se puso en camino, de vuelta a casa, pensando en que la había fastidiado y que su relación había llegado a su fin.
        Cuando esperaba en la esquina de la calle a que el semáforo cambiase de color, giró la cabeza por última vez para ver la casa de Cristal, y al verla igual que minutos atrás, cruzó la calle, aunque el semáforo continuaba en rojo.
        Iba pensando en tantas cosas a la vez, que no se percató que un coche se le acercaba a gran velocidad.
        Desde el piso de Cristal oyeron el escándalo que se había formado después del atropello.
        Las chicas corrieron a toda prisa por las escaleras, aflojando el ritmo cuanto más se acercaban y temiéndose lo  peor.
        Yolanda fue la primera en llegar, tiene unas piernas larguíiisimas, y al ver a Eric inconsciente en el suelo, intentó frenar a Cristal para que no lo viese en ese estado, pero ni siquiera sujetándola las tres la pudieron detener.
        Ese no era el momento para cabreos ni estados de shock. Cris tenía que reaccionar.
        Después de un rato perdida en no se sabe dónde gritó: "¡Eric!"
        No podía quedarse ahí quieta mientras estaba perdiendo a su novio a cada minuto que pasaba.
        Empezó a gritar histérica que alguien llamase a una ambulancia, pero aunque le asegurasen que ya lo habían hecho un rato antes y que estaría al llegar, no podía esperar más; la ambulancia tendría, no, debería de estar ya ahí.
        Unos minutos más tarde llegó, junto a la policía, una ambulancia.
        Cris se montó en ella y se fue con Eric camino al hospital.
        Daniela, Yolanda y Raquel los seguían con el coche.

martes, 3 de diciembre de 2013

Nuevo sorteo

Aunque tenga mala suerte rebosando por mis poros, tengo la cabezonería de seguir participando en sorteos.
Este es el segundo en el que participo del gran blog Nanny Books y se sortean tres libros de las sagas "Los juegos del hambre", "Hermosas criaturas" y "Cazadores de sombras: ciudad de huesos".
Sería un gran regalo por navidad llevarme estos tres librazos.
Os dejo el banner aquí al lado, en la sección de sorteos.

sábado, 30 de noviembre de 2013

"Lo que mal empieza, bien acaba"

Fui a clase como todos los días, me senté a hablar con unas compañeras y esperé a que llegara la profesora.
La clase ya había empezado cuando apareció un nuevo compañero. Era nuevo para los demás, no para mi. Yo lo conocía....y mucho.
En ese momento me entraron ganas de huir y le pedí a la profesora que me dejara ir al baño. No me dejaba hasta que el nuevo se presentase, y no me quedó más remedio que decirle que yo ya lo conocía.
Le dije su nombre y apellidos, fecha de nacimiento, que tenía una hermana mayor, de donde venía e incluso la carrera que supuestamente había empezado a estudiar. Y a cada una de mis palabras, ella lo miraba esperando una comprobación que le llegaba con un asentimiento con la cabeza de su parte.
La profesora comentó que solo faltaba que supiera si tenía novia o no, recibiendo por respuesta y con un tono bastante borde de mi parte un "No lo sé, él me dice que no y yo veo que si, pero como nunca me cuenta nada....¿Puedo irme ya?"
Ahora si me dejó salir y ya refugiada en el baño le mandé un mensaje a una amiga para que viniera a dar conmigo.
Un rato más tarde, entró ella y una de mis compañeras con la que había estado hablando antes. Se había preocupado al ver mi cara cuando salí de la clase. Se lo tuve que contar.
Cuando regresé a la clase después de haber estado en el baño un rato llorando, lo vi sentado en la mesa que estaba vacía al lado de la mía. La profesora había pensado que ya que lo conocía se podía sentar conmigo.
Pasamos las horas que quedaban hasta el descanso sin hablarnos; cuando me pedía algo, se lo daba sin ni siquiera mirarlo a la cara.
Cuando salimos por fin al recreo, yo me puse en el sitio de siempre y él me siguió para no sentirse perdido.
Más tarde mi amiga pasó y me preguntó que cómo estaba, que si ya estaba mejor, y lo miró a él de refilón con mala cara. Mis compañeros no sabían que cara poner, no entendían nada. Después se marchó y él me apartó. Quería saber qué me pasaba con él.
Si mirarlo a los ojos le respondía, mientras él me sujetaba por los hombros.
-¿Qué te pasa conmigo?
-No me pasa nada- y más bajo comenté- y a la vez todo.
-¿Y por qué desde que entré y he hablado contigo no me has mirado nunca a los ojos?
-Porque no puedo.
Me quiero esconder de él, de su mirada, pero él me sujetaba por la barbilla para que lo mirase.
Me dio por perdida sin antes decirme que sentaría en otro lado.
Antes de que se fuese muy lejos, lo cogí de las manos para que no se marchase.
-Por favor, no te vayas. Te prometo que seré aquella que conociste hace años, aquella que te hacía rabiar cuando ponía los ojos en blanco, a la que llamabas "pollahontas" cuando llevaba las dos trenzas, a la que ayudaste a declararse, con la que podías hablar durante horas, la que te deseaba suerte en los exámenes, la que te hacía reír con sus boberías y la que comprendía como te sentías. Cambiaré, te lo prometo.
-No quiero que cambies. Me gustas tal y como eres. Respóndeme una cosa antes, ¿me quieres?
-Te quiero a mi lado.
-No me has entendido.
-Ni tú a mi.
Me di cuenta de que nuestros compañeros estaban asomado la cabeza para cotillear que pasaba. No entendían que era lo que había pasado entre nosotros, por qué yo sabía tanto de él.


sábado, 9 de noviembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo extra.

Ficha de presentación de Cristal:
*Edad: 19 años.
*Descripción: Rubia de ojos verdes. 1.69 centímetros.
*Lugar de nacimiento: Tenerife.
*Amigas: Yolanda, Daniela y Raquel.
*Pareja actual: Eric.
*Tiempo de la relación: 2 meses y una semana.
*Primer amor: Bruno.
*Estudios: Segundo curso de magisterio.
*Estado: Independizada.
*Cumpleaños: 2 de noviembre. (Celebración: 15 de noviembre por la fecha de nacimiento de su madre)
*Padres: Yeray y Lucía.
*Mascota: Blaqui.
*Vida en el colegio: La más popular. Parejas temporales: Alexis, Daniel y Raúl.
*Vida en el instituto: La más popular. Parejas temporales(rollos):  Enrique, David y Javier.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 19

         No paraba de reírse con todas las tonterías que estaban haciendo sus amigas esa tarde. Estaba desconectando de todo lo que le perturbaba la mente. Nada podría arruinarle el día.
         Desde que llegaron Daniela, Yolanda y Raquel, les contó la novedad de esa última semana.
         Éstas no salían de su asombro.
         Todas, en algún momento de su adolescencia, estuvieron coladas por el canadiense y no paraban de maldecir a su amiga por haber hablado con él y no haberlas avisado para ir ellas también.
         Jamás las habría llamado, porque seguramente nunca los habrían dejado hablar seriamente y con tranquilidad.
         Además, si ellas hubieran estado nunca se habría enterado de todo lo que le ha pasado a Bruno desde que se marchó, empezando por las llamadas sin respuestas y acabando por Ian.
         Aunque Cristal le contó a sus amigas muchas de las cosas que le dijo Bruno, se guardó la información sobre el amor.
         Ellas, que eran muy curiosas, le preguntaron si Bruno le había contado si tenía novia, pero ella se limitó a decirles que no le dio tiempo a preguntarle.
         Tan cotillas podían llegar a ser, que no se cortaron en pedirle su número de teléfono para averiguarlo ellas por su cuenta. Cristal les dijo que no lo tenía, que desde que se marchó, había cambiado de número.
         Se decepcionaron un poco porque, aunque las tres tenían novios, querían saber que era de la vida del guapo y tímido estudiante canadiense que un día apareció en su clase.
         Empezaron a recordar ese día, el día que el profesor de música les anunció que tendrían un nuevo compañero.
         Todos miraron hacia la puerta para ver a un pequeño jovencito que no aparentaba tener más de once años. Al principio no entendían que hacía ese chico ahí si ellos tenían trece años, hasta que, con un leve tono de voz y dificultad para hablar el español fluido, se presentó."Ho....hola. Me llamo Bruno, tengo trece años y he venido a Tenerife desde Canadá por el trabajo de mi madre."
          "¡Un chico extranjero!" o "¡Qué mono intentando hablar español!" fue lo primero que dijeron las chicas de esa revoltosa clase de segundo de la eso.
          El profesor invitó a Bruno a que se sentase en un asiento vacío y encontró uno al lado de una chica rubia.
          Pero ella no se inmutó de su presencia, ni siquiera lo miró cuando tímidamente le pidió un lápiz. Se lo dejó sin apartar la vista de un dibujo japones que tenía sobre la mesa.
          Todas las chicas se intentaban acercar a Bruno para intentar conquistarlo, incluso las tres amigas de Cris, pero él le dio largas a todas.
          La única chica que todavía no lo había intentado era por la que estaba esperando.
          Después de es momento de vuelta al pasado, la música en el piso de Cris aumentó y todas dejaron sus pensamientos a un lado y empezaron a bailar (o a saltar sin más, no se sabía muy bien cual de las dos era).
          Ya había anochecido y Cristal invitó a sus amigas a que se quedaran a dormir ahí.
          Pidieron unas pizzas, hicieron unas palomitas y empezaron a ver una película, pero a mitad de la mejor escena, el teléfono de Cris sonó.
          Sus amigas rechistaron y ella se tuvo que marchar a la cocina para hablar sin que volaran cojines cerca de su cara.
          Era Eric.
          ¿Qué le pasaría para que llamase a esa hora y con ese tono de voz?
          Aprovechando que estaba en la cocina, cogió un vaso y lo llenó de agua, pero al Eric contarle lo ocurrido, éste se cayó al suelo.
          El estruendo alertó a las demás chicas, que pararon la película y fueron a ver lo que había pasado.
          Vieron a su amiga, petrificada, con el móvil en una mano, separado de su oído y unos cristales muy cerca de sus pies descalzos.
          Desde el teléfono podían oír gritos de Eric, que se había asustado al oír el estampido y no paraba de preguntarle a Cris qué había ocurrido.
          Viendo como estaba su amiga, Raquel le quitó el móvil de la mano para tranquilizar a Eric, mientras que Daniela y Yolanda se aseguraban de que Cristal no se había cortado.

jueves, 31 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 18.

          Mientras tanto, ese mismo día, en casa de Eric algo malo iba a suceder.
          El día había empezado como siempre. Se había levantado, duchado, había ido a por el pan y había desayunado.
          Después salió a correr como hacía todos los días, para ir al gimnasio por la tarde un rato.
          Había llamado a Cris para desearle un buen día y se había puesto a estudiar para poder recuperar las asignaturas que le habían quedado el año anterior.
          Ese iba a ser su último año en medicina y los exámenes de recuperación eran la semana siguiente.
          Aunque en todo el verano le dedicaba varias horas a estudiar, esa última semana se veía agobiado y dedicaba muchas más horas a los libros.
          Cuando Amanda nació lo hizo con una extraña enfermedad que con el tiempo fueron tratando. Ese año era su primer curso en la universidad y desde ese momento tuvo claro la especialidad que haría cuando acabase: pediatría.
          Había sufrido en sus propias carnes el dolor de ver a un hijo así y él quería ayudar a otros padres a superar la situación como lo ayudaron a él.
          Y por eso se estaba tomando ese último cursos con esa actitud.
          A las tres horas de haber empezado a estudiar recibió una llamada.
          El número le resultaba conocido, pero no sabía quién era, así que descolgó.
          Nada más oír su voz la reconoció y tuvo la intención de colgarle sin dejarla hablar, pero un chillido desde el otro lado lo frenó.
              -Gracias por no colgar y escucharme, Eric.
              -Habla ya Patricia. no tengo mucho tiempo.
              -Lo primero decirte que tu hija está todos los días diciendo que cuándo vas a venir a buscarla.
              -Dile a Amanda que iré a por ella el fin de semana.¿Algo más?
              -Si. Y lo segundo, es que no sé cómo decírtelo.
              -Dímelo ya, tengo que hacer otras cosas como para estar perdiendo el tiempo con tus tonterías.
              -Vale. Estoy embarazada.
              -¿Y qué tengo que ver yo con eso?
              -Que tú eres el padre.
              -¿Y quién me dice a mi que no me estás mintiendo? No sería la primera vez.
              -Esta vez no te estoy mintiendo. ¿Te acuerdas de aquel día que viniste a casa borracho para reprocharme todo lo que te había hecho y que al final lo hicimos? Fue hace dos meses y medio.
              -Recuerdo solo haberme despertado ahí, pero nada más. Pero eso no es una explicación, pudiste haberte acostado con otro después de eso y quedarte embarazada de él.
              -Desde que cortamos no he vuelto a estar con otro hombre. Te lo juro por lo que tengo en mi vientre. Si no me crees , cuando nazca el bebé podemos hacer una prueba de ADN.
              -Y si es así,  ¿por qué cuando te pregunté qué era lo que había pasado no me dijiste nada?
              -No quería que te volvieras a enfadar conmigo. Habíamos estado tan bien esa noche que tuve miedo.
         Una mezcla de rabia y sorpresa recorría el cuerpo de Eric, que se quedó callado y colgó el teléfono de sopetón.
         Tenía que decírselo a Cristal cuanto antes, no debía de ocultárselo y necesitaba su apoyo en ese momento.
         Por la mañana ella le dijo que iba pasar la tarde con sus amigas en su casa, así que no podía ir a verla.
         Se lo diría por teléfono a la noche.

martes, 29 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 17

          Cris ahora está más tranquila, aunque se siente un poco culpable por haber sido la causante de que Bruno dejase atrás toda su vida, a sus amigos.
          Le apenaba haber perdido la oportunidad de estar con Bruno. "¡Qué pena no haberlo sabido antes!" pensó Cristal.
          Pero en el fondo se alegraba por él, había encontrado a alguien que lo quería y le podía dar lo que ella no le dio.
          Lo que todavía le sorprendía era que, como se suele decir, Bruno se haya cambiado de acera.
          No se considera homófoba, de hecho estaba contenta de que fuese Ian quien estuviese a su lado y no otra persona que le pudiese hacer daño.
          Bruno fue su primer amor y por muchos chicos que aparezcan en su vida, no dejará de preocuparse por el que fue, es y será el primero.
          Después de encontrarse con él y hablar, decidió ir a dar una vuelta con sus amigas y contárselo todo, aunque puede que luego se guardase algo.
             -Chicas, ¿quedamos?- publicó Cristal en el grupo que tiene con sus amigas en whatsapp.
             -Si, tía, que con eso de que ahora tienes novio ya no nos vemos.-le contesta al minuto Daniela.
             -¿A las cuatro donde siempre?- preguntó Raquel.
             -En mi casa no puede ser- responde Yolanda- Marina está con su novio en plan pasteloso.
             -¿Podríamos quedar en mi apartamento?- propone Cris- Podríais traer a vuestros perritos, que Balqui está aburrido y así pueden correr por el patio y se divierten un rato.
             -Si, o para que se le monte a Luna- respondió Yoli.
             -¡Pero si es solo un cachorrito!
             -Es broma. Chica, que poco sentido del humor que tienes. Yo la llevo, no sea que se me vaya a traumatizar si ve algo en esa casa si la dejo allí.
             -¿Te refieres a Marina y a su novio haciendo...?¡Pero si solo tiene dieciséis años!- dijo Daniela sorprendida.
             -Ya sabes como son estas niñas de hoy en día.-le contestó Yolanda.
             -Cállate, que tú lo hiciste con quince.-le reprochó Cristal.
             -Ja ja ja. Es verdad.¿Cómo era que se llamaba el tío ese?Ya ni me acuerdo- tras unos minutos volvió a intervenir Yolanda-¿Era Martín? Si, Martín. Mira que era feo el jodido.
             -Pues tú estabas loquita por él. Recuerdo que escribías su nombre todos los días al final de tu cuaderno de Historia.- le contestó Raquel.
             -Así que era verdad que al final necesitaba gafas. Peri bueno, lo hecho, hecho está.
             -Venga, dejémonos de tanta charla, que son casi las tres. Voy a cambiarme, a recoger un poco la casa y a poner guapo a Blaqui para cuando lleguéis.- puso punto y final Cris- Y no tardéis. Éso va por ti, Yolanda, que vives aquí al lado y siempre eres la última en llegar.
             -De acuerdo señorita Rotenmeyer.
       Cris dejó su móvil sobre la mesa del comedor y se fue a arreglar.
       A los cuarenta y cinco minutos del último mensaje llegaron Raquel y Daniela juntas, y como era de esperar, Yolanda llegó pasada la hora.
       Las cuatro se sentaron en el sofá y empezaron a cotorrear.

miércoles, 23 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 16

Ya España, pasaron tres días en Barcelona y el resto de sus vacaciones viajaron a Tenerife.
En esos finales de agosto todo el mundo volvía resistiéndose de todos sus viajes y resignándose por empezar a trabajar o a estudiar.
Mientras, ellos disfrutaban y descansaban.
Bruno e Ian pasaban sus últimos días en Canarias cuando se encontraron a Cris.
Ya el australiano sabía lo que su novio había pasado con esa chica, y se sorprendió tanto como Bruno de encontrársela en el restaurante.
Ella mientras tanto trataba de olvidar lo ocurrido ese día. Quería centrarse en ser feliz con Eric.¿Por qué amargarse con el pasado?
Pero el pasado no es tan fácil de dejar atrás. Necesitaba saber muchas cosas sobre Bruno.
Por eso, hizo lo posible por contactar con él. Y lo logró.
Así, ella supo sus antiguos sentimientos y que era él quien la llamaba todas las tardes. Y él también supo que ella también lo quería, que guardaba sus cosas en una caja y que cuando se fue, le costó olvidarlo.
Pero lo que no entendía era por qué se había ido, por qué había vuelto y qué era de su vida desde que se fue.
Y pudo descubrir su pasado, lo que quiere en su vida, su nueva sexualidad y descubrió la identidad del otro chico del restaurante.
Estaba contenta de que él fuese feliz con Ian.
Pero ella no fue la única que preguntó, Bruno también quería saber cosas sobre Cris.
Cristal le dijo muchas cosas sobre lo que había vivido hasta entonces, su entrada en la universidad y el final en el instituto, como conoció a su novio y todo lo que ha vivido con él hasta el momento.
Le contó que tenía una ex novia un poco psicópata y una hija hermosísima de cinco años que era un amor y por último le dijo que su novio Eric tenía un corazón que no le cabía en el pecho.
Cuando oyó ese nombre no se lo podía creer.
Uno de sus antiguos amigos saliendo con la chica de la que estuvo enamorado. Solo hacia dos meses y medio que había dejado de llamarla por teléfono. Solo gracias a Ian pudo olvidarla, pero aún así no dejaba de sorprenderse.
¿Cómo sabiendo lo que sintió por ella puede ser su novio?
Pero bueno, por qué amargarse por algo que ya no le tendría que afectar.
Él está con Ian y no debería de pensar en eso.
Intenta convencerse de que cuando vuelvan de las vacaciones se olvidará de todo lo que le contaron ese día y que en casa será feliz, sin preocuparse por lo del pasado.
Ahora solo quiere subirse al avión y dejar todo atrás.

El amor no es solo dolor. Capítulo 15

        Varios años antes de reencontrarse, Bruno se marchó del país para volver a su Canadá natal.
        Dejó muchas cosas atrás, como a sus amigos, las clases y a Cristal.
        Aunque estaba lejos, Bruno no podía olvidarse de Cristal, y por eso cada noche, cuando en casa de   Cris eran todavía las cinco de la tarde, la llamaba.
        No le importaba cuanto le saliese la llamada, solo quería escuchar su voz y nada, ni siquiera el dinero ni el océano entero, le dificultarían para hacerlo.
        Pero cada vez que ella descolgaba el teléfono, él no podía articular ni una palabra.
        Se quedaba en silencio y esperaba a que ella colgase al no obtener respuesta.
        Con el tiempo, dejó de llamarla y la fue olvidando.
        En Canadá también pudo, después de varias experiencias un tanto extrañas, descubrir quien era realmente.
        Descubrió por quien latía su corazón marchito.
        Su identidad era esa, y quien no la aceptase se podía marchar.
        Era bisexual y no iba a negarlo. Le gustaban las chicas, pero apareció un chico que le hizo dudar y plantearse su sexualidad y quien era realmente Bruno.
        Mientras trabajaba en el bar de su abuela en Minesota apareció un guapísimo chico por la puerta.
        Era rubio, con los ojos color miel y con un acento que no le resultaba americano.
        Su abuela le contó que se llamaba Ian y que era australiano.
        Después de que se marchara con una rosquilla y un café, Bruno pensó que jamás lo volvería a ver.
        Pero la vida le sorprendió y ese fin de semana lo vio cortando el césped del vecino.
        Sacó valor y se acercó para saludarlo. cuanto más cerca de él estaba, más rápido le latía el corazón.
        Su torso marcado por una camisa corta blanca ceñida y sudada lo paralizaban y sus músculos enormes y brillantes lo hipnotizaban.
        Cuando justo estaba detrás de Ian, este se quitó la camiseta y dejó su pecho moreno al desnudo.
        Las ondas de su rubio pelo y su tono dorado de piel combinaban a la perfección con su look surfero.
        Se sorprendió al oírlo pronunciar en un perfecto español su nombre.
        No sabía que Ian también cortaba el césped y ayudaba en la compra a sus abuelo y que después de haberse visto en el bar, también había preguntado por él y sabía si su nombre.
        Bruno cogió dos vasos de limonada de su casa y le entregó una a Ian.
        Empezaron a hablar de sus vidas, de que habían vivido ambos en España y además descubrieron que tenían muchas cosas en común. Incluso coincidían en que tenían la misma condición sexual.
        Se fueron conociendo, abriéndose poco a poco y así fue surgiendo la química, el amor, entre los dos.
        Y después de dos meses de relación, decidieron ir a España de vacaciones, volviendo los dos a un país que amaban.

martes, 22 de octubre de 2013

"Unidos por un sueño."

       De repente, cerca de las cinco de la mañana, algo muy extraño interrumpió mis sueños.
       Mi mente comenzó a maquinar una historia hasta bien entrada la tarde.
       Nunca pensé que el protagonista de mis desvelos podía cambiar.
       Ahora os contaré este extraño juego de mi loca imaginación.

           Empezaba en un clase y junto a todos mis compañeros hacíamos una actividad con globos. Yo me caí al suelo y él, empujado por una de mis compañeras, cayó encima mio. Con sus manos impidió que mi cabeza tocase el suelo y sin yo esperarlo, me besó.
            Los días pasaron igual que siempre y nada extraño sucedió hasta que otro día, en la misma clase, el profesor nos pidió que nos pusiésemos en círculo, con los ojos cerrados, y para integrarnos, cada uno de nosotros teníamos que darle un beso donde quisiéramos a otro compañero. Después de explicarnos el juego, nos dijo que cuando sintiésemos el beso, abriésemos los ojos para saber quien era el portador.
            Fueron pasando los minutos de clase cuando de pronto sentí unos labios sobre los míos. Haciéndole caso al profesor, mi mirada se encontró de frente con las suya. ¡Otra vez me besaba! 
        Volví a cerrar los ojos lo más rápido que pude y me quedé en mi sitio en estado de shock. No desperté de este estado hasta que el profesor tocó mi hombro para decirme que era mi turno. Me acerqué a una de mis compañeras y le di un suave beso en la mejilla.
        Cuando la clase acabó, él miró hacia donde yo estaba con cara de sorprendido. ¡A lo mejor se esperaba que mi beso fuese para él y se extrañó al no recibirlo nunca!
          Acabaron las clases y con mis amigas me senté en una mesa a hablar. Pero no estábamos solas. Él estaba al otro lado de las calle jugando con su móvil.
            Me sentía furiosa porque primero me besaba y luego pasaba de mi, y no podía entenderlo.
            Mi guagua llegaba y tenía que cruzar la calle para cogerla a tiempo, pero un coche se interpuso en mi camino y me atropelló. 
           No recordaba nada de lo que había sucedido después de ver al coche acercarse, sino un momento de lucidez que lo vi agarrándome la cabeza y pidiéndome que siguiera con él. Después todo se volvió oscuro de nuevo.
         No sabía si eso había sido una alucinación o si él me había sacado de la carretera y me había recogido en sus brazos.
           No sé cuanto tiempo más tarde desperté en la habitación de un hospital. Lo primero que pude ver al abrir los ojos fue a él sentado en un sillón mientras dormía.
           Giré mi cabeza y pude ver a mi madre cogiéndome la mano y sorprendida al verme despertar.
         Casi en un susurro le pedí que no hablase muy alto, no quería despertarlo. Le dije también que me contase lo que había pasado, que por qué había acabado en esa habitación.
           Me contó mi accidente, que él me había apartado de la carretera y que cuando la ambulancia llegó a por mi, él se montó y que desde ese momento no se había separado de mi lado.
           Solo salía del cuarto cuando mis padres entraban a visitarme, decía que no me quería dejar sola ni un minuto.
         Cuando mi madre se marchó, me volví a dormir, no quería abrir los ojos hasta sentir que él estaba despierto. Quería que pensase que era el primero al que viese al despertar.
           Cuando sentí sus manos apretando las mías con fuerza, abrí los ojos despacio, como si llevase siglos durmiendo, aunque apenas había dormido hora y media desde que vi a mi madre.
           En su cara se veía que quería gritar, pero que un nudo en la garganta se lo impedía.
           Le sonreí y como pudo me dijo: "Hola enana."
        Hablamos durante una rato sobre lo que había pasado y luego me pidió que fuese su novia, poniéndome un anillo con la inscripción Te amo. X 26-09-013.
          Al principio no entendía el porqué de esa fecha hasta que me di cuenta de que ese fue nuestro primer día de clase.
          El médico me mandó que caminase y lo hice sujetando el gotero en una mano y la suya agarrándome la otra.
          De vuelta a la habitación, me acosté en la cama mientras él se duchaba. Cuando salió ya era la hora de dormir y le pedí que se acostase a mi  lado. Antes de cerrar los ojos, se quitó la camiseta y yo me apoyé en su cálido pecho. Así pude dormir, sintiendo como su calor emanaba de la piel y se encontraba con mi cara.
            A la mañana siguiente vinieron mis dos mejores amigos a visitarme. Aproveché para que uno de ellos llamase al gilipollas que decía ser mi amigo y del cual había estado enamorada.
         Cuando lo llamó, éste al principio no se enteraba de quien era esa supuesta amiga con la que le gustaba hablar, hasta que le dijo esa frase que él tanto me decía "Soñar es gratis." En ese momento se dio cuenta de que esa era yo y vino a visitarme.
           Al llegar quiso hablar conmigo a solas, pero yo no quería quedarme sola con él. X se quedó conmigo en el cuarto, mientras que aquel se escondía detrás de un ramo de flores que me había traído.
           Las puso en un jarrón lleno de agua mientras me reprochaba estar con otro. 
         Le expliqué lo que en su momento sentí por él, explicándole que si no le había dicho nada era para conservar nuestra rara amistad y que cuando él dejó de hablarme me tuve que resignar.
        Él me contó que lo había hecho por las indirectas que yo escribía, aunque él también estaba enamorado de mi. Me pidió que estuviese con él, pero yo ahora tenía novio. Le enseñé el anillo que me había regalado el día anterior con su inscripción en el interior. 
           En ese momento, su cara empalideció y no supo que responder.
         De mala manera le reproché que si tanto sentía por mi por qué había tenido esa actitud con la que decía que solo era su amiga.
           ¡Por fin se fue! Después de una visita no del todo feliz decidimos grabar un vídeo para enviárselo a los de clase.
          "Hola chicos, siento haberos preocupado. Os echo mucho de menos. Además siento haberos robado a alguien importante un tiempito. Hay una persona que quiere mandaros un saludito. Guapísimo cámara, saluda a los chicos" Y él, que es más chulo que un ocho, giró la cámara del móvil para grabarse y empezó a hacer el mono. "Besitos. Espero veros pronto." Y de regalo, les mandamos un beso. ¡Me encantaría ver sus caras cuando vean el vídeo.
         Después se sentó conmigo en la cama.
      "Me encantó que fueses lo último que vi cuando pensé que me moría y lo primero que viese al despertar. Te quiero."
         Más tarde, cuando salí del hospital, yo también le regalé un anillo con la misma inscripción.
        "¿Tú también te enamoraste de mi desde el día que me viste?." "Claro, de lo feo que eres me enamoré de ti. ¿Cómo no me iba a volver loca con el pedazo de bombón que tengo enfrente?"

      Y ahí terminó el bonito y triste porque no se va a cumplir sueño que mi asquerosa imaginación me metió en la mente y hace que me desconsuele.


domingo, 13 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 14

         Después de pasar la noche con Eric, Cristal volvió a su apartamento.
         Aunque durante el tiempo que estuvo con Eric se olvidó de lo que había pasado, a su vuelta los hechos no dejaban de repetirse en su cabeza.
         Bruno, Bruno, Bruno.
         No sabía nada de él desde que dejó el instituto cuando compartían clase.
         La semana siguiente a la marcha de Bruno, cansada de esperar a que reapareciese y con las esperanzas descendiendo por minuto, Cristal se acercó a los amigos del canadiense para preguntarles por él.
         (Aunque no sabía lo que le depararía el futuro, entre los amigos estaba Eric y cuando quedaron por primera vez, ninguno recordó que ya se conocían de antes.)
         Lucas, Hugo y Damián le contestaron que no sabían donde estaba, que ellos también esperaban que volviese, pero que intuían que si no había vuelto todavía, era porque nunca lo haría y que ya estaba lejos, de vuelta a casa.
         Y sin más remedio, Cris tuvo que vivir olvidándose de Bruno, no mirando cada día a la puerta de su clase para ver si aparecía. Porque nunca lo hizo.
         Pasó los años que le quedaban en el instituto mirando cada día menos el sitio de Bruno, su mesa, la que por debajo tenía escrito su nombre, la silla donde se sentaba.
         También dejó de oler el aroma que poco a poco iba desapareciendo de aquella chaqueta que él le había dado un invierno anterior cuando la vio sentada en una esquina de la clase tiritando.
         La guardó en un viejo baúl que subió y cerró en el desván de su casa, junto con los viejos recuerdos y sus sentimientos por él.
         Mientras tanto se prometía a si misma que no se volvería a enamorar nunca de un chico, que jamás sufriría por amor y que si salía con algún chico, cortaría con él antes de sentir algo más.
         Y así lo cumplió hasta que conoció a Eric, que no pudo reprimir sus sentimientos, no pudo huir antes de enamorarse.
         Pero por muy enamorada que estuviera, nunca confiaría del todo en que su historia juntos pudiese acabar bien.
         Hasta ahora no había tenido suerte en el amor y con Eric las cosas no habían empezado muy bien. Se habían dejado de hablar, Patricia, Amanda y ahora, Bruno.
         Además no confía en si misma, sus celos la ponen en muchos aprietos, sus fallos la han hecho insegura.
         Quiere que las cosas cambien, que ninguno de los dos acabe herido, lo quiere a él y seguro que él la ayudará a quererse también.
         No quiere separarse de él, no quiere dejarlo escapar como le pasó con Bruno. Además, le ha cogido cariño a Amanda y no le gustaría dejar de verla.
         Y de vuelta a Bruno, ¿quién sería ese chico que lo acompañaba en el restaurante?

sábado, 12 de octubre de 2013

Tardanza :s

A ver, siento mucho no haber escrito estas tres creo que son tres semanas ningún capítulo de El amor no es solo dolor, pero empece las clases relativamente tarde solo llevo dos semanas y poco más de clase y me he tenido que acostumbrar al horario y a los problemas derivados de ahí.
Pretendo ponerme al día esta semana y escribir los dos capítulos que me faltan y el correspondiente a esta semana.
Durante el tiempo que me duren las clases intentaré escribir y publicar una capítulo o un texto a la semana, pero por ahora voy un poco lenta.
Y con relación a la "novela" quiero cambiarle el nombre vale si, se lo puse yo, pero todavía no me convence mucho y me gustaría que en la sección de comentarios me hicieseis alguna sugerencia.

sábado, 21 de septiembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 13

        Después de dejar a Amanda con su madre, Eric le pidió a Cris que se quedara con él y que se fueran a cenar.
       ¿Cómo podía negarse?
       Eric la llevó a un restaurante muy tranquilo, apartado de la ciudad.
       Era la primera vez que se podía decir que tenían un encuentro romántico.
       En su primera cita estaban los dos muy nerviosos y después ocurrió lo del restaurante.
       Por fin podría estar a solas con su novio, sin hijos, amigos ni ex novias cerca. Solos, el uno con el otro.
       Cuando llegaron, el camarero los acompañó a la mesa, perfectamente preparada, justo al fondo del local.
        A su lado había una pareja de jóvenes, de edad similar a la suya.
        Al principio no se fijó mucho en quien estaba sentado en esa mesa, pero uno de ellos se giró para llamar al camarero y Cris rápidamente lo reconoció.
        Seguía igual que la última vez que lo vio, cuando él se fue sin despedirse, cuando todavía estaban en el instituto.
        No dudó en ningún momento, lo estaba viendo, su primer amor había vuelto de donde fuera que estaba, el destino la volvió a reunir con Bruno después de tantos años.
        Su cara reflejaba su sorpresa y Eric se dio cuenta.
        ¿Quién era ese chico que había hecho que su novia no articulase palabra?
        Cristal se había quedado paralizada. No se le movía ni un músculo del rostro.
        ¿Ahora que Bruno había vuelto, reaparecerían sus antiguos sentimientos hacia él?
        Lo cierto es que Bruno no se había dado cuenta de que estaba Cristal ahí hasta que Eric le estuvo gritando a su novia para que respondiese y saliera del estado de shock.
         ¿Le habla o no le habla? Lo mejor sería que él y su amigo saliesen de ahí, así que piden la cuenta y se marchan.
         Una vez que se fueron, Cristal recobró el sentido de la realidad y pudo terminar la cena "romántica", aunque todavía un poco aturdida.
         ¿Por qué todas sus citas acaban siempre mal? ¿Tal vez la vida no quiere que esté con Eric?
         Pues si eso es lo que quiere el destino, Cris se lo va a poner difícil, porque no piensa dejar a Eric.
         Se prometió a si misma que no le haría jamás daño a su novio y lo cumpliría hasta que le fallasen las fuerzas.
         También Cris y Eric se marcharon después de la cena.
         No tenía ganas de estar ahí mucho más tiempo, sino regresar lo antes posible a su casa.
         Aunque no estaba pasando la mejor noche, intentaría que la de Eric no siguiese por el mismo camino.
         Quería agradecerle por estar con ella en ese momento y por confiar en ella al presentarle tan pronto a su hija.
          Esa noche se lo recompensaría de la mejor manera posible.

sábado, 14 de septiembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 12

         Ese día estaba siendo el más feliz de su vida. Además de ser su cumpleaños, Amanda había conocido a la novia de su padre, que encima le regaló su muñeca favorita, y eso que la acababa de conocer.
         Al principio, cuando Eric la fue a buscar  y le dijo que le iba a presentar a una persona, sintió miedo. No le gustan los desconocidos y sus padres siempre le han dicho que no se acerque ni hable con ellos.
         Pero Cristal era distinta. Desde que la vio al entrar a la plaza y a su padre besándola, le gustó.
         Prefería que Eric estuviera con su madre, pero lo veía tan contento con Cristal , que no le importó que ya no estuvieran juntos.
         Aunque no se acordaba mucho, recordaba oír a sus padre discutir todas las noches en su habitación.
         No sabía por qué discutía, pero para poder dormir tenía que taparse los oídos con una almohada.
         Se juntaba a su viejo oso de peluche al pecho con cada grito.
         "Cristal seguro que lo quiere mucho", piensa la niña y la idea la hace muy feliz.
         Se fueron a una hamburguesería y luego a un parque. Después Eric la llevó a su casa.
         Al día siguiente celebraría una fiesta con sus amigos del colegio y estaba muy ansiosa.
         Eufórica le dio un beso a su madre y le empezó a contar todo lo que había hecho ese día.
              -Mami, mami, ya llegué.
              -Ya veo Amanda. ¿Qué tal el día con papá?
              -Muy bien.
              -A ver, cuéntame lo que habéis hecho.
              -Por la mañana, cuando me vino a buscar papi, me llevó a la playa y comimos ahí. Después fuimos a casa para bañarnos y quitarnos la arena. Nos pusimos guapos y fuimos a una plaza. Papi me presentó a su novia y ella me regaló esta muñeca.- dice mostrándole la vieja muñeca de Cristal-Después nos fuimos los tres a comer hamburguesas y al parque.
         Patricia se queda atónita al escuchar lo que le acaba de decir su hija.
               -¿Tu padre tiene novia?
               -Si. Me dijo que ya ustedes se separaron y pueden tener novios.
               -¿Y cómo es ella?
               -Se llama Cristal y es muy guapa. Es rubia y muy buena conmigo. Cuando fuimos a merendar me hizo estas trenzas. ¿Te gustan mami?
               -Claro que si Amanda.
         Pero esto lo respondió sin prestarle mucha atención y con un tono bastante borde y hostil.
               -Cámbiate y vete a dormir que ya es tarde.
         Estaba tan enfadada y tan disgustada, que aunque había dejado de fumar hacia varios años, salió al balcón para fumarse un cigarro.
         Aún seguía queriendo a Eric y no podía soportar la idea de que estuviera con otra chica.
         Era consciente de lo que había hecho en el pasado, pero pensaba que él la perdonaría.
         Lo infravaloró y esta vez Eric era quien controlaba la situación, por una vez no era la marioneta.
         Pudo haber caído antes en sus engaños, pero ahora tenía a quien lo ayudaría a no tropezar de nuevo con esa piedra.
         Cris lo enseñaría a rodear la piedra y a olvidar por un momento el pasado.
         Patricia creía que ya había perdido a Eric por culpa de Cristal y no quería perder también a Amanda.
         Su hija la había acabado de conocer y ya le gustaba y no estaba dispuesta a que la quisiera más a ella.

jueves, 12 de septiembre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 11.

         Tras Cris enterarse del pasado de su novio, de que tiene una hija que no es hija a la que sigue viendo, se prometió a si misma y por Eric que ella jamás lo engañará.
         Pero todavía la historia de Eric y Patricia no se había terminado, aunque ninguno lo sabía de momento.
         El pasado amoroso de Cris era tan distinto al de su pareja que tenía miedo de no saber amarlo como se merecía.
         Solo había querido a un chico en su adolescencia, al que podía denominar su primer amor. Pero como solo eran unos niños de apenas trece años no surgió nada.
         Se llamaba Bruno, era canadiense y desde que comenzó en el instituto con doce años, había coincidido en dos cursos.
         En los pasillos habían cruzado muchas miradas. Cuando uno daba la espalda, el otro se giraba para mirarlo. Pero nunca, salvo en clases, se habían dirigido una palabra.
         Pero Bruno desapareció y después de perder a su gran amor, Cristal estuvo saliendo con varios chicos, para olvidarle, hasta que por fin conoció a Eric.
         Varios días después de la charla con Eric sobre Patricia y su relación tan funesta, Cris iba a conocer a la pequeña Amanda.
         Era su quinto cumpleaños y por eso su padre decidió llevársela de paseo y así le presentaría a Cristal.
         No sabía como reaccionaría la niña al descubrir que Eric ya no volvería con su madre y que ahora salía con otra chica.
         A las cinco apareció Eric con su hija en la plaza donde había quedado con Cris. Se acercaron y cuando se saludaron con un beso, la niña abrió la boca del asombro.
            -Amanda, esta chica se llama Cristal y es mi novia.
            -Ho... hola- dice la pequeña un poco tímida.
            -Hola. Encantada de conocerte.
         Amanda mira a su padre, rogándole una explicación con la mirada.
            -Hija, ya te estás haciendo mayor y debes entender que mamá y papá se pelearon y ahora están separados. Tanto mamá como yo podemos salir con otras personas y por eso ella es mi nueva novia.¿Lo entiendes?
            -Si papi. ¿Te puedo decir una secreto?
            -Claro.
        Y la niña se acerca al oído de Eric y le susurra, muy bajo para que Cris no la oiga.
            -Tú novia es muy guapa. Me gusta.
            -Ya se que es guapa. Y me quiere.
        Y padre e hija se giraron hacia Cris sonriendo.
            -Como sabía que era tu cumpleaños, te he traído un regalo.-dice mientras saca de su bolso una cajita envuelta-Es un poco vieja, pero espero que te guste.
        De la caja aparece una pequeña muñeca pelirroja que lleva un vestido rojo y unos zapatitos de charol.
            -Era mi muñeca favorita cuando tenía tu edad y la tenía guardada en una estantería. Ahora quiero que la tengas tú. Sé que la vas a cuidar muy bien. Incluso se parece un poco a ti.
            -Gracias Cris. La voy a cuidar muy bien.
        Y la niña se acerca a ella para agradecerle el regalo y darle un beso.
        Aunque sus padres ya no se quieran y no estén juntos, Amanda se alegra de que su padre tenga una novia como Cristal.
        Eric le entrega también su regalo y salen juntos de la plaza. Coge de la mano a Amanda, que después de darle la bolsa de los juguetes a su padre, le tiende la mano a Cris, que se la da encantada.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Nuevo día de subida de capítulos

Hasta ahora pretendía subir los capítulos cada jueves-viernes aunque los he subido bastante desordenados por unos motivos u otros.
Al comenzar las clases esta semana, el horario se me va a trastocar un poco y la idea de subirlos viernes la he tenido que descartar.
Entonces he decidido que a partir de esta semana entrante los capítulos de El amor no es solo dolor los publicaré los fines de semana(intentaré que sea los sábados, pero como último remedio serán los domingos).

"Viejos recuerdos"

     Recuerdo que te encantaban mis coletas; recuerdo las "peleas" de los inicios de clase; recuerdo tu ayuda cuando me "declaré"; recuerdo las tardes hablando de todo un poco; recuerdo tus cumpleaños, el mío; recuerdo las interminables horas de matemáticas juntos; recuerdo cuando ponía los ojos en blanco que tanto te molestaba; recuerdo nuestro último día de la eso juntos, la comida, el resbalón, el culazo y la persecución; recuerdo las comidas de antes de los exámenes de matemáticas por la tarde, nuestras miradas; recuerdo el día aquel que me saludaste en medio del pasillo y me dijeron que me había sonrojado, y puede que fuese verdad o que fuera porque había bajado caminando; recuerdo cuando te conté que había quemado la carta que tú entregaste y me felicitaste por pasar de una vez de ese tío; recuerdo la botella de whisky que teníamos pendiente de compartir; recuerdo cuando eramos los reyes y aquella loca nos debía sumisión; recuerdo cuando me decías que yo valía para ir a la universidad y tú me obligabas a presentarme a los exámenes; recuerdo los momentos tiernos, los tristes; recuerdo que me dijiste que aunque me fuese a otro país donde no me vieses, sabrías siempre dónde estaba e irías a buscarme (algunos lo toman como signo de ser falso, yo lo como un signo de cariño.); recuerdo estar seis horas hablando, quedarnos hasta la una hablando incluso teniendo exámenes el día siguiente; recuerdo el beso en la calva del profesor de historia por el cinco que me puso; recuerdo desearte suerte antes de tus exámenes; recuerdo cuando te dije que estaba mala y te preocupabas por mi y de que fuese al médico.
     Recuerdo muchas cosas buenas que hemos vivido juntos, pero también los malos.
     Recuerdo pasar al lado tuyo y tratarnos como desconocidos; recuerdo escribirte y esperar horas y horas tu respuesta; recuerdo como me has ignorado; recuerdo verte con la que solo es tu amiga abrazados de forma más que amistosa y de pasar por delante de vosotros y que me sonrieses con malicia; recuerdo decirte las cosas como las pensaba y que tú te enfadaras por ello; recuerdo cuando empezaron los celos y tus preguntas de si estaba bien cuando era notable que no lo estaba; recuerdo estar con mis amigos y que llegases tú con ella y yo no saber qué hacer, dónde meterme; recuerdo las ganas que he tenido de huir porque no soporto ver cosas que me hacen tanto daño.
     Hay recuerdo que me hacen muy feliz, pero hay otros que preferiría olvidar.
     Muchas veces me gustaría no haberte conocido nunca, no tener tantos recuerdos en común.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Nuevo sorteo en donde participo.

Participo en un nuevo sorteo, esta vez del blog http://nannybooks.blogspot.com.ar por sus 500 seguidores.
El banner lo dejo al lado, donde pone Sorteo.

El amor no es solo dolor. Capítulo 10

         Afirmar que te han fastidiado la vida es algo muy fuerte.
         ¿Qué pudo haber hecho Patricia?
         A Cris no se imaginaba lo que podía haber pasado.
         Patricia era una joven de veinticuatro años que estuvo saliendo desde los dieciséis con Eric, un año menor que ella.
         Con veinte años se había quedado misteriosamente embarazada, pero Eric no lo supo hasta que dio a luz a una pelirroja niña, igual que su madre, llamada Amanda.
         Eric la crió desde pequeña, y después de ocho años de relación y con una hija de cuatro, descubrió que Amanda no era suya.
         En una discusión muy fuerte, y en un estado de rabia, Patricia le confesó que había estado con uno de sus amigos cuando se quedó embarazada de Amanda.
         Tal fue el cabreo, que Eric acabó totalmente con la relación, recogió todas las cosas de la casa que compartían y se marchó.
         No tenía ganas de volver a estar con quien le había mentido durante tanto tiempo.
         Echaría de menos ver a aquella niña de pelo rizado, cuidarla y quererla, puesto que para él era su hija, pero su madre le había hecho mucho daño y verla le recordaría cada día los años que había vivido en un engaño.
         Dejó de ver a sus antiguos amigos, aquellos que ambos compartían, aquellos entre donde estaba el traidor, el que se hacía llamar amigo y le clavaba el puñal por la espalda.
         Los había protegido tanto que no se podía imaginar que uno de ellos le hubiera hecho eso.
         Buscó un piso donde vivir hasta que acabase la carrera y se hizo amigo de sus nuevos compañeros.
         Estaba harto de cuidar de lo que no era suyo y de que lo tratasen como si fuera tonto.
         Desconectó de todo el mundo, no contestaba llamadas, hasta que un día recibió una de un número oculto.
         Desde que descolgó supo quién llamaba, reconoció la dulce voz de la que era su hija.
         ¿Cómo había conseguido Amanda su teléfono?
         Por un momento olvidó el pasado y habló con la niña.
            -Papi, ¿dónde estás?¿Por qué ya no vives en casa?
         Patricia no le había contado nada a la niña.
            -Amanda, cariño, mami y yo estamos enfadados y yo me fui de casa hasta que se nos pase el enfado.
            -Te echo de menos papi. Y mami también.
            -Yo también te extraño Amanda. Te quiero mucho.- respondió Eric con los ojos llenos de lágrimas.
         Pero antes de que la niña pudiera responderle que ella también lo quería y que quería que volviese a casa, su madre le arrebató el auricular.
         Era la oportunidad que tenía para pedirle perdón a Eric y rogarle que regresase.
            -Amanda, hija,¿sigues ahí?- preguntó Eric, secándose las lágrimas con la manga de su sudadera.
            -Eric, vuelve, por favor, por la niña.
         Patricia.
         Tenía claro que no quería volver a verla, pero si que quería estar de nuevo con la niña.
            -No pienso volver si es lo que pretendes. Yo a la niña la quiero y para algo la he cuidado desde que nació. Y porque su madre sea una golfa no voy a dejar de verla y darle todo lo que necesite. Voy a seguir viéndola, pero no me voy a quedar en la casa. Se viene conmigo algunos días y la voy a seguir tratando como hija mía.
        Y cuelga sin darle tiempo a responder.
        Sigue llamándolo el resto del mes, pero él ya no contesta.
        Cuando quiera hablar con su hija, la irá a buscar y hablaran.

sábado, 24 de agosto de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 9

         "Ring, ring, ring..."
         ¿Quién puede llamar un lunes de agosto a las nueve de la mañana?
        Como está de vacaciones, Eric suele despertarse a las doce y ese día el teléfono lo despertó antes.
        Se había dejado dormir bastante tarde, dándole vueltas a la cabeza hasta las tres de la madrugada, y no pretendía levantarse hasta que fuera la hora de comer.
        Pero el teléfono no dejaba de sonar.
        Sus compañeros se habían ido a pasar el mes con sus familias y él se quedó solo, por lo que no le quedó más remedio que contestar.
       -¿Si?¿Quién es?- responde Eric con voz dormida al descolgar el auricular.
       -Eric, soy yo, Cris.- contesta ella- Buenos días. Siento haberte despertado.
       -No pasa nada.¿Qué te pasa en la voz? Te la noto cansada y ronca.
       -Habré cogido un resfriado.
       Cris se había pasado toda la noche despierta.
       Después de todo lo que le había pasado, estaba cansada y quería dormir, pero cuando se tumbó sobre la cama, lo único que pudo hacer fue dar vueltas de un lado a otro.
       Temprano, fue al aseo a remojarse la cara con un poco de agua fría, que, aparte de refrescarla del pegajoso calor veraniego, la despejaría un poco.
       Y fue así como se dio cuanta de las enormes ojeras que aparecieron en su rostro por no haber pegado ojo en toda la noche.
       No quería pasar así más día y aunque suponía que Eric estaría durmiendo aún, decidió llamarlo.
       -¿Por qué me llamas tan temprano?¿Tienes algún problema?¿Necesitas mi ayuda?
       -La verdad es que si tengo un problema y necesito tu ayuda, pero no es por nada malo.
       -Cuéntame.
       -Desde ayer me recorre la duda de que es lo que sientes verdaderamente por mi. Cuando estábamos     en el restaurante y Patricia pasó cerca de nuestra mesa, tú... tú...
       -¿Yo qué...? Yo te estaba mirando a ti, ni siquiera la vi de frente, solo cuando ya se estaba alejando me di cuenta de que ella pasó por ahí. Cris, no te preocupes por Patricia, ya te dije que era agua pasada. A       quien quiero ahora es a ti y mis sentimientos no desaparecerán por mucho que Patricia se meta en el             camino.
      -¿En serio?- pregunta Cris con la voz entrecortada y temblorosa.
      -Claro que es en serio. Patricia arruinó nuestra  relación hace mucho tiempo y por mucho que lo intente, no cambiará lo que siento por ti. Te quiero Cris. Nunca lo pongas en duda.
      Ahora Cris se siente un poco mal por haber desconfiado de Eric, por haberse dejado llevar por su imaginación. Pero también está contenta porque ahora está segura de a quien quiere es a ella.
      Aunque todavía tiene una curiosidad acerca de Patricia y Eric.
      ¿Qué habrá pasado para que Eric acuse a su ex pareja de arruinar la relación?
      En realidad no sabe nada sobre el pasado de su ahora novio, pero no tardará en descubrirlo.

El amor no es solo dolor. Capítulo 8

        Después de la llamada de las amigas de Cristal, Eric quería hablar con ella, pero pensó que lo que había pasado hasta ese momento era suficiente.
        No quería hacerle daño y seguramente ahora estaría pasándolo mal.
        Por esa razón, y aunque tenía que pedirle disculpas(sin saber muy bien todavía lo que había hecho mal), esperaría al siguiente para hablar e intentar arreglarlo todo.
       ¿Tendría que ver su enfado con lo ocurrido por la tarde en el restaurante?¿Qué habría hecho cuando Patricia estuvo ahí?¡Pero si casi ni la miró!
       Cuando pasó por su mesa, Eric estaba tan ensimismado mirando a Cris, que al mirar a ver quién pasaba a su lado, el brillo en sus ojos aún continuaba.
       Eran las dos menos cuarto de la madrugada, y después de muchas horas, Cris volvía a quedarse sola.
       Sus amigas quisieron quedarse más tiempo con ella, no querían abandonarla. "Juntas hasta la muerte" era su lema, pero Cris estaba cansada, quería meterse en la cama y no salir de ahí durante varios días.
       Y por eso las mandó para sus casas.
       ¿Seguiría Eric enamorado de Patricia?
       Hacía poco tiempo que se conocían y ellos habían estado muchos años juntos.
       Puede que la quisiese, pero una relación que había acabado solo diez meses antes no era tan fácil de olvidar.
       Pero quería saber lo que él de verdad sentía por ella, si todavía estaba enamorado de Patricia, y cuanto antes solucionasen las cosas, menos sufriría.
       Diecinueve años y esa era la primera vez que quería a alguien de verdad. Era la primera vez que sentía el dolor que provoca el amor, ese que te aprisiona el pecho, te encoje el corazón y te impide respirar.
       Estaba asustada por lo que estaba sintiendo y por como eso iba a afectarle en la vida.
       Si enamorarse siempre era así, no quería volver a hacerlo. No cree que si eso le pasase pudiese aguantarlo por mucho tiempo, no cree que tenga las suficientes fuerzas para sobrevivir si la situación se repitiese.
       Ya era demasiado tarde para que hablasen, pero no pasaría un día sin que oyera de su boca todo lo que ella quería oír, fuese para bien o para mal.
       Quería asegurarse de que no estaba sufriendo en vano, quería saber que si estaba sufriendo era por imaginaciones suyas.
       Muchas veces Eric le había dicho que lo de Patricia ya era agua pasada, pero sus ojos no la engañaban.
       Estaba segura de como había mirado a Patricia, de esa forma como no la habían mirado nunca a ella, con ojos de enamorado.
       Ya por la mañana, con los ojos vidriosos. Cris marcó el número de Eric.
       "Piii, piii, piii..."

sábado, 17 de agosto de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 7

         Ninguno de los dos quería cometer un error.
         Eric ya había sufrido mucho con Patricia, habían sido demasiadas discusiones, demasiados mal entendidos durante el suficiente tiempo como para no volver a quererse enamorar por el resto de su vida.
         Y Cris era la primera vez que realmente se enamoraba. Había tenido ya unos cuantos novios, pero más bien eran diversión, jóvenes que se acercaban por su belleza y popularidad, y ella lo sabía, aunque no le importaba demasiado.
         O al menos eso intentaba aparentar, ante su familia, ante sus amigas, ante sus compañeros.
         Por eso, ambos querían esperar, esperar un tiempo después de conocerse para expresar así sus sentimientos.
         Pero después de estar tanto tiempo sin hablarse, por unos motivos u otros, el día que por fin quedaron para conocerse, los dos sintieron unas enormes ganas de decirse que se querían.
         Cada vez que uno lo escribía para enviarlo, o llamaba al otro para hablar, se arrepentían antes de hacerlo por completo.
         Cris necesitaba desahogarse con alguien y por casualidad, su amiga Raquel estaba conectada en ese instante.
         Cris: Hola Raque, amore, necesito tu ayuda
         Raquel: Hola Cris, cariño, ¿qué es lo que pasa?¿En qué puedo ayudarte?
         Cris: ¿Te acuerdas de Eric?
         Raquel: Claro, el chico ese con el que llevas unos meses chateando. ¿Qué pasa con él?
         Cris: Pues después de estar un tiempo sin hablar, hoy tuve el valor de pedirle una especie de cita.
         Raquel: ¿Enserio?¿Y eso?¿Y qué pinto yo si ya quedaste con él?
         Cris: Si, es enserio. Le solté un discurso sobre lo sola que me sentía y el apoyo que él ha supuesto                para mi.
         Raquel: ¿Te sientes sola? Pero si nos tienes a nosotras. Tienes que contarme eso.
         Cris: Otro día te lo cuento. Te necesito porque tengo muchas ganas de decirle lo mucho que me gusta,          pero tengo miedo de como puede reaccionar. Dime amiga, ¿qué hago?¿Se lo digo, o me espero a ver          como va la cita?
         Raquel: A ver... Si yo fuera tú, esperaría a ver, a conocerlo. Pro si realmente sientes el deseo de                    decírselo ya, ánimo. No tengas miedo. Ya me contarás. Chao amiga, me tengo que ir.
         Cris: Gracias Raque. Chao. Ya te contaré. Te quiero. Muac, muac.
         Y sin dudarlo un momento, y gracias al apoyo y el consejo de su amiga, le escribe a Eric todo lo que tanto tiempo lleva guardándose.
         Eric tardó varios minutos en contestar.
         Cris le había confesado que lo quería, que sentía algo por él más que una simple amistad.
         Ella lo quería y él la quería a ella, pero no pensaba que se lo fuese a decir antes de conocerse.
         Después de la impresión que se llevó, Eric le respondió que él también sentía algo por ella.
         Tras varias horas hablando, ese mismo día se proclamaron como una pareja formal, aunque todavía fuese cibernética.
         Ansiaban la llegada del sábado, el día en el que se verían, que podrían ser una pareja como las otras.


martes, 13 de agosto de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 6

         Aunque Eric se había enamorado de Cristal, también seguía sintiendo algo por su anterior pareja, Patricia, aunque todavía no lo sabía. Solo hacía diez meses que habían roto la relación.
         Cris ya había hablado de Patricia con Eric antes de verse en persona y cuando se la han encontrado en aquel restaurante, Cris notó como los ojos de Eric aún brillaban al mirarla.
         Una angustiosa sensación le recorrió el cuerpo en ese instante, le entraron unas inmensas ganas de llorar, de dejarlo ahí, con ella, pero aguantó a que el almuerzo acabase.
         Por la tarde, alrededor de las seis, cuando más sola quería estar, cuando no podía reprimir más las ganas de llorar, sonó el timbre de su apartamento.
        En pijama, envuelta en mantas y pañuelos de papel, Cristal abrió la puerta y se encontró a sus amigas. Ellas se pretendían reunir para cotillear un poco sobre la cita y lo primero que vieron fue a su amiga con los ojos rojos y la cara llena de lágrimas.
        Rápidamente, sin preguntarle nada, soltaron sus bolsos al lado de la puerta y corrieron a abrazar a su amiga.
        En ese momento, las lágrimas surcaban la cara de Cris velozmente, tanto que sintió que se quedaba sin respiración.
        ¿Por qué?¿Por qué le tenía que pasar esto a ella?
        Mientras tanto, Eric se preguntaba por el cambio de actitud de Cris después de que viesen a Patri en el restaurante. ¿Quizás había hecho algo mal y Cris se había puesto celosa?
        Llevaban de novios menos de una semana y aunque la quería, después de ver a Patricia ese día, Eric se sintió un poco confuso. ¿Seguiría enamorado todavía de ella?
        Eric se pasó toda la tarde pensando en ello, no quería hacerle daño a Cris, pero no tenía claro sus sentimientos en ese momento.
        No había visto a Patri desde el día que cortaron y hasta entonces nos se había acordado de ella. ¿Por qué se la tuvo que encontrar justo cuando estaba con Cristal?
       Eric tenía que hablar con Cris, explicarle lo que sentía por ella, por Patricia, aunque él tampoco lo sabía bien del todo.
      Quería a Cris y eso lo tenía claro, iba a luchar por ella, aunque tenía claro que eso no le iba a resultar fácil, Cris estaría dolida y no querría hablar con él.
      La llamó tres o cuatro veces esa noche pero ella no contestaba. Lo intentaría una última vez, empezó a marcar su número cuando la batería se le gastó. No encontraba el cargador del móvil y era muy tarde para salir al salón, podría despertar a sus compañeros de piso, y por desgracia no se acordaba del número entero, así que la llamaría por la mañana.
      Eso pensaba él hasta que alrededor de las once y media recibió una llamada al teléfono fijo. Salió corriendo para cogerlo con la esperanza de que fuera Cris.
      No era ella y pensó que podría haber sido Patricia, para aguarle más el día, después de lo del restaurante, pero no lo era.
      Descolgó el teléfono y oyó un "Te mataré capullo" y un "Raque, no te pases" de fondo. Eran las amigas de Cris y por lo de capullo supuso que había hecho algo mal. Pero le daba igual, solo quería hablar con Cris y solucionar las cosas.

jueves, 25 de julio de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 5

     Hablando y hablando estuvieron hasta las siete de la tarde.
     Pero en ese momento tuvieron que despedirse.
     Cristal salió de la plaza por donde había llegado tres horas antes.
     Volvió a mirarse reflejada en la librería, ahora cerrada.
     Ya no se veía ridícula como la primera vez que había pasado por ahí.
     Ahora si era ella, se sentía a gusto.
     Llegó a su casa alrededor de las siete y media.
     Encendió el contestador y oyó los mensajes que había recibido esa tarde.
     Eran tres, de cada una de sus amigas.
     Éstas habían salido corriendo de su escondite cuando vieron a Cris levantándose y dándole dos besos de despedida a Eric.
     No querían que las viera.
     El primero era de Raquel, que disimuladamente le preguntó que tal le había ido la cita, escondiendo una risilla maliciosa que se podía percibir de fondo.
     El siguiente era de Daniela, que además de felicitarle por el encuentro, le avisaba de que Yoli estaba un poco cabreadilla.
     Y el último era el de Yolanda, el cual escuchó con miedo.
     "Pedazo cerda. Te voy a matar cuando te vea. ¿Tú te flipas? Con lo que nos costó arreglarte para que fueras guapísima a conocer a Eric y tú nada más llegar te vas al baño y te lo quitas todo?"
     Nada más acabar de escucharlo soltó una gran carcajada.
     "Osea, que estaban allí. Serán zorras."
     Borró los tres mensajes,encendió el ordenador, miró el móvil. Nada.
     Las tres estaban conectada y a la vez le empezaron a hablar.
     Al otro lado de la ciudad estaba Eric hablando por el móvil con sus amigos.
     También se conectó a Internet.
     La encontró ahí conectada, así que, aunque solo había pasado una hora desde que se habían despedido, tenía la necesidad de hablar de nuevo con ella.
     Quería volver a verla.
     Estaban de vacaciones, así que tendrían tiempo de hacerlo de nuevo, pero no podía esperar tanto tiempo.
     Eric: Hola Cris, tengo muchas ganas de volver a verte. Ya sé que nos acabamos de despedir. Dime cómo podemos volver a quedar.
     Cris duda un momento, pero le da su dirección.
     No sabe cuando aparecera Eric por su apartamento, así que decide ponerse el pijama y meterse en la cama a descansar un poco.
     Son las doce y media y ya llevaba varias horas dormidas cuando sonó el portero de su casa.
     Antes de pulsar el botón, Eric había lanzado guijarros a una de las ventanas del piso de Cristal, al estilo de las películas de Hollywood, pero Cris no se llegó nunca a asomar.
     "Es lógico, es tarde. Llamaré al timbre, pero si está dormida no creo que se levante."
     Y aunque Cris oyó el telefonillo sonar, pensó que estaba soñando y se quedó en la cama.
     "Insistiré una vez más. Si sigue sin aparecer me voy y hablo con ella mañana."
     Y volvió a llamar al piso una vez más.
     Cris somnolienta no se acordaba de que le había dado su dirección a Eric.
     Se levantó y resignada contestó a quien llamaba.
     -¿Si? ¿A quién se le ocurre llamar a estas horas de la noche?- dice Cris aún abriendo los ojos.
     -Soy yo, Eric. Te dije que necesitaba verte y aquí estoy.
     -Eric, son las doce y media de la noche y ya estaba durmiendo. ¿No podemos quedar mañana? Estoy cansada.
     -De acuerdo. Te vengo a buscar a la una y te llevo a un restaurante que me gusta mucho. Invito yo por las molestias. Además, tú ya me invitaste esta tarde.
     -Vale, buenas noches Eric.
     -Buenas noches Cris. Te quiero.
     Pero esto último Cris no lo escuchó porque ya se había ido a la cama a dormir.
     Como no obtuvo respuesta, Eric se fue. Ya la vería más tarde.