jueves, 31 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 18.

          Mientras tanto, ese mismo día, en casa de Eric algo malo iba a suceder.
          El día había empezado como siempre. Se había levantado, duchado, había ido a por el pan y había desayunado.
          Después salió a correr como hacía todos los días, para ir al gimnasio por la tarde un rato.
          Había llamado a Cris para desearle un buen día y se había puesto a estudiar para poder recuperar las asignaturas que le habían quedado el año anterior.
          Ese iba a ser su último año en medicina y los exámenes de recuperación eran la semana siguiente.
          Aunque en todo el verano le dedicaba varias horas a estudiar, esa última semana se veía agobiado y dedicaba muchas más horas a los libros.
          Cuando Amanda nació lo hizo con una extraña enfermedad que con el tiempo fueron tratando. Ese año era su primer curso en la universidad y desde ese momento tuvo claro la especialidad que haría cuando acabase: pediatría.
          Había sufrido en sus propias carnes el dolor de ver a un hijo así y él quería ayudar a otros padres a superar la situación como lo ayudaron a él.
          Y por eso se estaba tomando ese último cursos con esa actitud.
          A las tres horas de haber empezado a estudiar recibió una llamada.
          El número le resultaba conocido, pero no sabía quién era, así que descolgó.
          Nada más oír su voz la reconoció y tuvo la intención de colgarle sin dejarla hablar, pero un chillido desde el otro lado lo frenó.
              -Gracias por no colgar y escucharme, Eric.
              -Habla ya Patricia. no tengo mucho tiempo.
              -Lo primero decirte que tu hija está todos los días diciendo que cuándo vas a venir a buscarla.
              -Dile a Amanda que iré a por ella el fin de semana.¿Algo más?
              -Si. Y lo segundo, es que no sé cómo decírtelo.
              -Dímelo ya, tengo que hacer otras cosas como para estar perdiendo el tiempo con tus tonterías.
              -Vale. Estoy embarazada.
              -¿Y qué tengo que ver yo con eso?
              -Que tú eres el padre.
              -¿Y quién me dice a mi que no me estás mintiendo? No sería la primera vez.
              -Esta vez no te estoy mintiendo. ¿Te acuerdas de aquel día que viniste a casa borracho para reprocharme todo lo que te había hecho y que al final lo hicimos? Fue hace dos meses y medio.
              -Recuerdo solo haberme despertado ahí, pero nada más. Pero eso no es una explicación, pudiste haberte acostado con otro después de eso y quedarte embarazada de él.
              -Desde que cortamos no he vuelto a estar con otro hombre. Te lo juro por lo que tengo en mi vientre. Si no me crees , cuando nazca el bebé podemos hacer una prueba de ADN.
              -Y si es así,  ¿por qué cuando te pregunté qué era lo que había pasado no me dijiste nada?
              -No quería que te volvieras a enfadar conmigo. Habíamos estado tan bien esa noche que tuve miedo.
         Una mezcla de rabia y sorpresa recorría el cuerpo de Eric, que se quedó callado y colgó el teléfono de sopetón.
         Tenía que decírselo a Cristal cuanto antes, no debía de ocultárselo y necesitaba su apoyo en ese momento.
         Por la mañana ella le dijo que iba pasar la tarde con sus amigas en su casa, así que no podía ir a verla.
         Se lo diría por teléfono a la noche.

martes, 29 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 17

          Cris ahora está más tranquila, aunque se siente un poco culpable por haber sido la causante de que Bruno dejase atrás toda su vida, a sus amigos.
          Le apenaba haber perdido la oportunidad de estar con Bruno. "¡Qué pena no haberlo sabido antes!" pensó Cristal.
          Pero en el fondo se alegraba por él, había encontrado a alguien que lo quería y le podía dar lo que ella no le dio.
          Lo que todavía le sorprendía era que, como se suele decir, Bruno se haya cambiado de acera.
          No se considera homófoba, de hecho estaba contenta de que fuese Ian quien estuviese a su lado y no otra persona que le pudiese hacer daño.
          Bruno fue su primer amor y por muchos chicos que aparezcan en su vida, no dejará de preocuparse por el que fue, es y será el primero.
          Después de encontrarse con él y hablar, decidió ir a dar una vuelta con sus amigas y contárselo todo, aunque puede que luego se guardase algo.
             -Chicas, ¿quedamos?- publicó Cristal en el grupo que tiene con sus amigas en whatsapp.
             -Si, tía, que con eso de que ahora tienes novio ya no nos vemos.-le contesta al minuto Daniela.
             -¿A las cuatro donde siempre?- preguntó Raquel.
             -En mi casa no puede ser- responde Yolanda- Marina está con su novio en plan pasteloso.
             -¿Podríamos quedar en mi apartamento?- propone Cris- Podríais traer a vuestros perritos, que Balqui está aburrido y así pueden correr por el patio y se divierten un rato.
             -Si, o para que se le monte a Luna- respondió Yoli.
             -¡Pero si es solo un cachorrito!
             -Es broma. Chica, que poco sentido del humor que tienes. Yo la llevo, no sea que se me vaya a traumatizar si ve algo en esa casa si la dejo allí.
             -¿Te refieres a Marina y a su novio haciendo...?¡Pero si solo tiene dieciséis años!- dijo Daniela sorprendida.
             -Ya sabes como son estas niñas de hoy en día.-le contestó Yolanda.
             -Cállate, que tú lo hiciste con quince.-le reprochó Cristal.
             -Ja ja ja. Es verdad.¿Cómo era que se llamaba el tío ese?Ya ni me acuerdo- tras unos minutos volvió a intervenir Yolanda-¿Era Martín? Si, Martín. Mira que era feo el jodido.
             -Pues tú estabas loquita por él. Recuerdo que escribías su nombre todos los días al final de tu cuaderno de Historia.- le contestó Raquel.
             -Así que era verdad que al final necesitaba gafas. Peri bueno, lo hecho, hecho está.
             -Venga, dejémonos de tanta charla, que son casi las tres. Voy a cambiarme, a recoger un poco la casa y a poner guapo a Blaqui para cuando lleguéis.- puso punto y final Cris- Y no tardéis. Éso va por ti, Yolanda, que vives aquí al lado y siempre eres la última en llegar.
             -De acuerdo señorita Rotenmeyer.
       Cris dejó su móvil sobre la mesa del comedor y se fue a arreglar.
       A los cuarenta y cinco minutos del último mensaje llegaron Raquel y Daniela juntas, y como era de esperar, Yolanda llegó pasada la hora.
       Las cuatro se sentaron en el sofá y empezaron a cotorrear.

miércoles, 23 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 16

Ya España, pasaron tres días en Barcelona y el resto de sus vacaciones viajaron a Tenerife.
En esos finales de agosto todo el mundo volvía resistiéndose de todos sus viajes y resignándose por empezar a trabajar o a estudiar.
Mientras, ellos disfrutaban y descansaban.
Bruno e Ian pasaban sus últimos días en Canarias cuando se encontraron a Cris.
Ya el australiano sabía lo que su novio había pasado con esa chica, y se sorprendió tanto como Bruno de encontrársela en el restaurante.
Ella mientras tanto trataba de olvidar lo ocurrido ese día. Quería centrarse en ser feliz con Eric.¿Por qué amargarse con el pasado?
Pero el pasado no es tan fácil de dejar atrás. Necesitaba saber muchas cosas sobre Bruno.
Por eso, hizo lo posible por contactar con él. Y lo logró.
Así, ella supo sus antiguos sentimientos y que era él quien la llamaba todas las tardes. Y él también supo que ella también lo quería, que guardaba sus cosas en una caja y que cuando se fue, le costó olvidarlo.
Pero lo que no entendía era por qué se había ido, por qué había vuelto y qué era de su vida desde que se fue.
Y pudo descubrir su pasado, lo que quiere en su vida, su nueva sexualidad y descubrió la identidad del otro chico del restaurante.
Estaba contenta de que él fuese feliz con Ian.
Pero ella no fue la única que preguntó, Bruno también quería saber cosas sobre Cris.
Cristal le dijo muchas cosas sobre lo que había vivido hasta entonces, su entrada en la universidad y el final en el instituto, como conoció a su novio y todo lo que ha vivido con él hasta el momento.
Le contó que tenía una ex novia un poco psicópata y una hija hermosísima de cinco años que era un amor y por último le dijo que su novio Eric tenía un corazón que no le cabía en el pecho.
Cuando oyó ese nombre no se lo podía creer.
Uno de sus antiguos amigos saliendo con la chica de la que estuvo enamorado. Solo hacia dos meses y medio que había dejado de llamarla por teléfono. Solo gracias a Ian pudo olvidarla, pero aún así no dejaba de sorprenderse.
¿Cómo sabiendo lo que sintió por ella puede ser su novio?
Pero bueno, por qué amargarse por algo que ya no le tendría que afectar.
Él está con Ian y no debería de pensar en eso.
Intenta convencerse de que cuando vuelvan de las vacaciones se olvidará de todo lo que le contaron ese día y que en casa será feliz, sin preocuparse por lo del pasado.
Ahora solo quiere subirse al avión y dejar todo atrás.

El amor no es solo dolor. Capítulo 15

        Varios años antes de reencontrarse, Bruno se marchó del país para volver a su Canadá natal.
        Dejó muchas cosas atrás, como a sus amigos, las clases y a Cristal.
        Aunque estaba lejos, Bruno no podía olvidarse de Cristal, y por eso cada noche, cuando en casa de   Cris eran todavía las cinco de la tarde, la llamaba.
        No le importaba cuanto le saliese la llamada, solo quería escuchar su voz y nada, ni siquiera el dinero ni el océano entero, le dificultarían para hacerlo.
        Pero cada vez que ella descolgaba el teléfono, él no podía articular ni una palabra.
        Se quedaba en silencio y esperaba a que ella colgase al no obtener respuesta.
        Con el tiempo, dejó de llamarla y la fue olvidando.
        En Canadá también pudo, después de varias experiencias un tanto extrañas, descubrir quien era realmente.
        Descubrió por quien latía su corazón marchito.
        Su identidad era esa, y quien no la aceptase se podía marchar.
        Era bisexual y no iba a negarlo. Le gustaban las chicas, pero apareció un chico que le hizo dudar y plantearse su sexualidad y quien era realmente Bruno.
        Mientras trabajaba en el bar de su abuela en Minesota apareció un guapísimo chico por la puerta.
        Era rubio, con los ojos color miel y con un acento que no le resultaba americano.
        Su abuela le contó que se llamaba Ian y que era australiano.
        Después de que se marchara con una rosquilla y un café, Bruno pensó que jamás lo volvería a ver.
        Pero la vida le sorprendió y ese fin de semana lo vio cortando el césped del vecino.
        Sacó valor y se acercó para saludarlo. cuanto más cerca de él estaba, más rápido le latía el corazón.
        Su torso marcado por una camisa corta blanca ceñida y sudada lo paralizaban y sus músculos enormes y brillantes lo hipnotizaban.
        Cuando justo estaba detrás de Ian, este se quitó la camiseta y dejó su pecho moreno al desnudo.
        Las ondas de su rubio pelo y su tono dorado de piel combinaban a la perfección con su look surfero.
        Se sorprendió al oírlo pronunciar en un perfecto español su nombre.
        No sabía que Ian también cortaba el césped y ayudaba en la compra a sus abuelo y que después de haberse visto en el bar, también había preguntado por él y sabía si su nombre.
        Bruno cogió dos vasos de limonada de su casa y le entregó una a Ian.
        Empezaron a hablar de sus vidas, de que habían vivido ambos en España y además descubrieron que tenían muchas cosas en común. Incluso coincidían en que tenían la misma condición sexual.
        Se fueron conociendo, abriéndose poco a poco y así fue surgiendo la química, el amor, entre los dos.
        Y después de dos meses de relación, decidieron ir a España de vacaciones, volviendo los dos a un país que amaban.

martes, 22 de octubre de 2013

"Unidos por un sueño."

       De repente, cerca de las cinco de la mañana, algo muy extraño interrumpió mis sueños.
       Mi mente comenzó a maquinar una historia hasta bien entrada la tarde.
       Nunca pensé que el protagonista de mis desvelos podía cambiar.
       Ahora os contaré este extraño juego de mi loca imaginación.

           Empezaba en un clase y junto a todos mis compañeros hacíamos una actividad con globos. Yo me caí al suelo y él, empujado por una de mis compañeras, cayó encima mio. Con sus manos impidió que mi cabeza tocase el suelo y sin yo esperarlo, me besó.
            Los días pasaron igual que siempre y nada extraño sucedió hasta que otro día, en la misma clase, el profesor nos pidió que nos pusiésemos en círculo, con los ojos cerrados, y para integrarnos, cada uno de nosotros teníamos que darle un beso donde quisiéramos a otro compañero. Después de explicarnos el juego, nos dijo que cuando sintiésemos el beso, abriésemos los ojos para saber quien era el portador.
            Fueron pasando los minutos de clase cuando de pronto sentí unos labios sobre los míos. Haciéndole caso al profesor, mi mirada se encontró de frente con las suya. ¡Otra vez me besaba! 
        Volví a cerrar los ojos lo más rápido que pude y me quedé en mi sitio en estado de shock. No desperté de este estado hasta que el profesor tocó mi hombro para decirme que era mi turno. Me acerqué a una de mis compañeras y le di un suave beso en la mejilla.
        Cuando la clase acabó, él miró hacia donde yo estaba con cara de sorprendido. ¡A lo mejor se esperaba que mi beso fuese para él y se extrañó al no recibirlo nunca!
          Acabaron las clases y con mis amigas me senté en una mesa a hablar. Pero no estábamos solas. Él estaba al otro lado de las calle jugando con su móvil.
            Me sentía furiosa porque primero me besaba y luego pasaba de mi, y no podía entenderlo.
            Mi guagua llegaba y tenía que cruzar la calle para cogerla a tiempo, pero un coche se interpuso en mi camino y me atropelló. 
           No recordaba nada de lo que había sucedido después de ver al coche acercarse, sino un momento de lucidez que lo vi agarrándome la cabeza y pidiéndome que siguiera con él. Después todo se volvió oscuro de nuevo.
         No sabía si eso había sido una alucinación o si él me había sacado de la carretera y me había recogido en sus brazos.
           No sé cuanto tiempo más tarde desperté en la habitación de un hospital. Lo primero que pude ver al abrir los ojos fue a él sentado en un sillón mientras dormía.
           Giré mi cabeza y pude ver a mi madre cogiéndome la mano y sorprendida al verme despertar.
         Casi en un susurro le pedí que no hablase muy alto, no quería despertarlo. Le dije también que me contase lo que había pasado, que por qué había acabado en esa habitación.
           Me contó mi accidente, que él me había apartado de la carretera y que cuando la ambulancia llegó a por mi, él se montó y que desde ese momento no se había separado de mi lado.
           Solo salía del cuarto cuando mis padres entraban a visitarme, decía que no me quería dejar sola ni un minuto.
         Cuando mi madre se marchó, me volví a dormir, no quería abrir los ojos hasta sentir que él estaba despierto. Quería que pensase que era el primero al que viese al despertar.
           Cuando sentí sus manos apretando las mías con fuerza, abrí los ojos despacio, como si llevase siglos durmiendo, aunque apenas había dormido hora y media desde que vi a mi madre.
           En su cara se veía que quería gritar, pero que un nudo en la garganta se lo impedía.
           Le sonreí y como pudo me dijo: "Hola enana."
        Hablamos durante una rato sobre lo que había pasado y luego me pidió que fuese su novia, poniéndome un anillo con la inscripción Te amo. X 26-09-013.
          Al principio no entendía el porqué de esa fecha hasta que me di cuenta de que ese fue nuestro primer día de clase.
          El médico me mandó que caminase y lo hice sujetando el gotero en una mano y la suya agarrándome la otra.
          De vuelta a la habitación, me acosté en la cama mientras él se duchaba. Cuando salió ya era la hora de dormir y le pedí que se acostase a mi  lado. Antes de cerrar los ojos, se quitó la camiseta y yo me apoyé en su cálido pecho. Así pude dormir, sintiendo como su calor emanaba de la piel y se encontraba con mi cara.
            A la mañana siguiente vinieron mis dos mejores amigos a visitarme. Aproveché para que uno de ellos llamase al gilipollas que decía ser mi amigo y del cual había estado enamorada.
         Cuando lo llamó, éste al principio no se enteraba de quien era esa supuesta amiga con la que le gustaba hablar, hasta que le dijo esa frase que él tanto me decía "Soñar es gratis." En ese momento se dio cuenta de que esa era yo y vino a visitarme.
           Al llegar quiso hablar conmigo a solas, pero yo no quería quedarme sola con él. X se quedó conmigo en el cuarto, mientras que aquel se escondía detrás de un ramo de flores que me había traído.
           Las puso en un jarrón lleno de agua mientras me reprochaba estar con otro. 
         Le expliqué lo que en su momento sentí por él, explicándole que si no le había dicho nada era para conservar nuestra rara amistad y que cuando él dejó de hablarme me tuve que resignar.
        Él me contó que lo había hecho por las indirectas que yo escribía, aunque él también estaba enamorado de mi. Me pidió que estuviese con él, pero yo ahora tenía novio. Le enseñé el anillo que me había regalado el día anterior con su inscripción en el interior. 
           En ese momento, su cara empalideció y no supo que responder.
         De mala manera le reproché que si tanto sentía por mi por qué había tenido esa actitud con la que decía que solo era su amiga.
           ¡Por fin se fue! Después de una visita no del todo feliz decidimos grabar un vídeo para enviárselo a los de clase.
          "Hola chicos, siento haberos preocupado. Os echo mucho de menos. Además siento haberos robado a alguien importante un tiempito. Hay una persona que quiere mandaros un saludito. Guapísimo cámara, saluda a los chicos" Y él, que es más chulo que un ocho, giró la cámara del móvil para grabarse y empezó a hacer el mono. "Besitos. Espero veros pronto." Y de regalo, les mandamos un beso. ¡Me encantaría ver sus caras cuando vean el vídeo.
         Después se sentó conmigo en la cama.
      "Me encantó que fueses lo último que vi cuando pensé que me moría y lo primero que viese al despertar. Te quiero."
         Más tarde, cuando salí del hospital, yo también le regalé un anillo con la misma inscripción.
        "¿Tú también te enamoraste de mi desde el día que me viste?." "Claro, de lo feo que eres me enamoré de ti. ¿Cómo no me iba a volver loca con el pedazo de bombón que tengo enfrente?"

      Y ahí terminó el bonito y triste porque no se va a cumplir sueño que mi asquerosa imaginación me metió en la mente y hace que me desconsuele.


domingo, 13 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 14

         Después de pasar la noche con Eric, Cristal volvió a su apartamento.
         Aunque durante el tiempo que estuvo con Eric se olvidó de lo que había pasado, a su vuelta los hechos no dejaban de repetirse en su cabeza.
         Bruno, Bruno, Bruno.
         No sabía nada de él desde que dejó el instituto cuando compartían clase.
         La semana siguiente a la marcha de Bruno, cansada de esperar a que reapareciese y con las esperanzas descendiendo por minuto, Cristal se acercó a los amigos del canadiense para preguntarles por él.
         (Aunque no sabía lo que le depararía el futuro, entre los amigos estaba Eric y cuando quedaron por primera vez, ninguno recordó que ya se conocían de antes.)
         Lucas, Hugo y Damián le contestaron que no sabían donde estaba, que ellos también esperaban que volviese, pero que intuían que si no había vuelto todavía, era porque nunca lo haría y que ya estaba lejos, de vuelta a casa.
         Y sin más remedio, Cris tuvo que vivir olvidándose de Bruno, no mirando cada día a la puerta de su clase para ver si aparecía. Porque nunca lo hizo.
         Pasó los años que le quedaban en el instituto mirando cada día menos el sitio de Bruno, su mesa, la que por debajo tenía escrito su nombre, la silla donde se sentaba.
         También dejó de oler el aroma que poco a poco iba desapareciendo de aquella chaqueta que él le había dado un invierno anterior cuando la vio sentada en una esquina de la clase tiritando.
         La guardó en un viejo baúl que subió y cerró en el desván de su casa, junto con los viejos recuerdos y sus sentimientos por él.
         Mientras tanto se prometía a si misma que no se volvería a enamorar nunca de un chico, que jamás sufriría por amor y que si salía con algún chico, cortaría con él antes de sentir algo más.
         Y así lo cumplió hasta que conoció a Eric, que no pudo reprimir sus sentimientos, no pudo huir antes de enamorarse.
         Pero por muy enamorada que estuviera, nunca confiaría del todo en que su historia juntos pudiese acabar bien.
         Hasta ahora no había tenido suerte en el amor y con Eric las cosas no habían empezado muy bien. Se habían dejado de hablar, Patricia, Amanda y ahora, Bruno.
         Además no confía en si misma, sus celos la ponen en muchos aprietos, sus fallos la han hecho insegura.
         Quiere que las cosas cambien, que ninguno de los dos acabe herido, lo quiere a él y seguro que él la ayudará a quererse también.
         No quiere separarse de él, no quiere dejarlo escapar como le pasó con Bruno. Además, le ha cogido cariño a Amanda y no le gustaría dejar de verla.
         Y de vuelta a Bruno, ¿quién sería ese chico que lo acompañaba en el restaurante?

sábado, 12 de octubre de 2013

Tardanza :s

A ver, siento mucho no haber escrito estas tres creo que son tres semanas ningún capítulo de El amor no es solo dolor, pero empece las clases relativamente tarde solo llevo dos semanas y poco más de clase y me he tenido que acostumbrar al horario y a los problemas derivados de ahí.
Pretendo ponerme al día esta semana y escribir los dos capítulos que me faltan y el correspondiente a esta semana.
Durante el tiempo que me duren las clases intentaré escribir y publicar una capítulo o un texto a la semana, pero por ahora voy un poco lenta.
Y con relación a la "novela" quiero cambiarle el nombre vale si, se lo puse yo, pero todavía no me convence mucho y me gustaría que en la sección de comentarios me hicieseis alguna sugerencia.