No soy nadie, solo tú me hacías sentir especial, me ayudaste a hacerle frente a todos los que me criticaban, me enseñaste a ser fuerte y me hiciste más grande. Y ahora que te has ido, he vuelto a encoger, mis fuerzas se han esfumado cual golondrina emigrando en busca de calor, y no soy capaz ni de confiar en mi misma.
Tú me hacías sentirme segura cuando tu pecho y tus brazos abrazándome eran los que me protegían de los demás, de cualquier ataque, y ahora me siento insegura, sin protección, vulnerable a cualquier alma sin corazón que quiera herirme.
Tú eras una barrera que me separaba del mundo real, me hacías transportar a otra galaxia, a un mundo paralelo en el que todo era mucho más fácil, en donde la gente muestra su lado oculto y se quitan sus máscaras.
Tú, para mi, eras mi dios protector, un amigo, un hombro en el que llorar cuando me sentía mal, un padre, un hermano,...Aunque para los demás fueras una persona más en el mundo, una amigo más del grupo, para mi lo eras todo.
Una vez me dijiste que soñar era gratis y por eso sueño que todavía estás protegiéndome, siendo mi ángel de la guarda, aunque ya estés muy lejos de aquí. Siento un gran vacío dentro de mi que dudo que otra persona llegue algún día a rellenar.
El que tú te hayas ido no ha repercutido en los demás como en mi. Ahora mismo me siento más sola que nunca, te necesito más que otras veces, necesito que me rescates de este mundo tan solitario, que seas mi Peter Pan y me lleves al País de Nunca Jamás, en el que nunca jamás nos separemos, donde nunca jamás me sentiré sola e indefensa, solo ir a la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer.
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