Llevo tiempo asomada en la ventana, observando detrás del cristal, mientras los días pasan y pasan, llueva y las gotas se mezclen con mis lágrimas o haga sol y sus rayos se junten con tu luz,...yo sigo ahí, esperando a lo que pase frente mi puerta.
Cuando empezaba a dejar de llorar, a olvidar y a dejar atrás lo que en el pasado me había hecho sufrir, llegó ese algo que me faltaba, ese alguien que me hiciera pensar que valgo y que todavía tengo una oportunidad, ese alguien con el que puedo abrirme y soltar todo lo que llevo dentro, ese alguien que me hace reír cuando creo que todo va mal, ese alguien con el que aunque haya hablado solo una vez siento que voy a estar segura...
Pero como buena creencia, fallé... Yo sola me había hecho ilusiones en mi cabeza, creyendo que era importante para él, que nunca me iba a fallar, que nunca me mentiría,... pero lo hizo, y eso fue la peor de las puñaladas que me habían dado.
Yo solo quería alguien en quien confiar, alguien con el que hablar y desahogarme... Ahora me he dado cuenta de que la gente no es lo que parece, que aunque les puedas indagar un poquito en sus adentros, llegará un momento en el que una puerta blindada te dará en las narices...
Aunque me haya mentido, me haya ocultado cosas, que me haya demostrado que no confía en mi... seré de nuevo la tonta que siempre he sido y le daré una oportunidad, porque al fin y al cabo todo el mundo se merece una segunda oportunidad, y yo... quiero conocerlo y que podamos llegar a ser... buenos amigos.
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