domingo, 13 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 14

         Después de pasar la noche con Eric, Cristal volvió a su apartamento.
         Aunque durante el tiempo que estuvo con Eric se olvidó de lo que había pasado, a su vuelta los hechos no dejaban de repetirse en su cabeza.
         Bruno, Bruno, Bruno.
         No sabía nada de él desde que dejó el instituto cuando compartían clase.
         La semana siguiente a la marcha de Bruno, cansada de esperar a que reapareciese y con las esperanzas descendiendo por minuto, Cristal se acercó a los amigos del canadiense para preguntarles por él.
         (Aunque no sabía lo que le depararía el futuro, entre los amigos estaba Eric y cuando quedaron por primera vez, ninguno recordó que ya se conocían de antes.)
         Lucas, Hugo y Damián le contestaron que no sabían donde estaba, que ellos también esperaban que volviese, pero que intuían que si no había vuelto todavía, era porque nunca lo haría y que ya estaba lejos, de vuelta a casa.
         Y sin más remedio, Cris tuvo que vivir olvidándose de Bruno, no mirando cada día a la puerta de su clase para ver si aparecía. Porque nunca lo hizo.
         Pasó los años que le quedaban en el instituto mirando cada día menos el sitio de Bruno, su mesa, la que por debajo tenía escrito su nombre, la silla donde se sentaba.
         También dejó de oler el aroma que poco a poco iba desapareciendo de aquella chaqueta que él le había dado un invierno anterior cuando la vio sentada en una esquina de la clase tiritando.
         La guardó en un viejo baúl que subió y cerró en el desván de su casa, junto con los viejos recuerdos y sus sentimientos por él.
         Mientras tanto se prometía a si misma que no se volvería a enamorar nunca de un chico, que jamás sufriría por amor y que si salía con algún chico, cortaría con él antes de sentir algo más.
         Y así lo cumplió hasta que conoció a Eric, que no pudo reprimir sus sentimientos, no pudo huir antes de enamorarse.
         Pero por muy enamorada que estuviera, nunca confiaría del todo en que su historia juntos pudiese acabar bien.
         Hasta ahora no había tenido suerte en el amor y con Eric las cosas no habían empezado muy bien. Se habían dejado de hablar, Patricia, Amanda y ahora, Bruno.
         Además no confía en si misma, sus celos la ponen en muchos aprietos, sus fallos la han hecho insegura.
         Quiere que las cosas cambien, que ninguno de los dos acabe herido, lo quiere a él y seguro que él la ayudará a quererse también.
         No quiere separarse de él, no quiere dejarlo escapar como le pasó con Bruno. Además, le ha cogido cariño a Amanda y no le gustaría dejar de verla.
         Y de vuelta a Bruno, ¿quién sería ese chico que lo acompañaba en el restaurante?

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