martes, 29 de octubre de 2013

El amor no es solo dolor. Capítulo 17

          Cris ahora está más tranquila, aunque se siente un poco culpable por haber sido la causante de que Bruno dejase atrás toda su vida, a sus amigos.
          Le apenaba haber perdido la oportunidad de estar con Bruno. "¡Qué pena no haberlo sabido antes!" pensó Cristal.
          Pero en el fondo se alegraba por él, había encontrado a alguien que lo quería y le podía dar lo que ella no le dio.
          Lo que todavía le sorprendía era que, como se suele decir, Bruno se haya cambiado de acera.
          No se considera homófoba, de hecho estaba contenta de que fuese Ian quien estuviese a su lado y no otra persona que le pudiese hacer daño.
          Bruno fue su primer amor y por muchos chicos que aparezcan en su vida, no dejará de preocuparse por el que fue, es y será el primero.
          Después de encontrarse con él y hablar, decidió ir a dar una vuelta con sus amigas y contárselo todo, aunque puede que luego se guardase algo.
             -Chicas, ¿quedamos?- publicó Cristal en el grupo que tiene con sus amigas en whatsapp.
             -Si, tía, que con eso de que ahora tienes novio ya no nos vemos.-le contesta al minuto Daniela.
             -¿A las cuatro donde siempre?- preguntó Raquel.
             -En mi casa no puede ser- responde Yolanda- Marina está con su novio en plan pasteloso.
             -¿Podríamos quedar en mi apartamento?- propone Cris- Podríais traer a vuestros perritos, que Balqui está aburrido y así pueden correr por el patio y se divierten un rato.
             -Si, o para que se le monte a Luna- respondió Yoli.
             -¡Pero si es solo un cachorrito!
             -Es broma. Chica, que poco sentido del humor que tienes. Yo la llevo, no sea que se me vaya a traumatizar si ve algo en esa casa si la dejo allí.
             -¿Te refieres a Marina y a su novio haciendo...?¡Pero si solo tiene dieciséis años!- dijo Daniela sorprendida.
             -Ya sabes como son estas niñas de hoy en día.-le contestó Yolanda.
             -Cállate, que tú lo hiciste con quince.-le reprochó Cristal.
             -Ja ja ja. Es verdad.¿Cómo era que se llamaba el tío ese?Ya ni me acuerdo- tras unos minutos volvió a intervenir Yolanda-¿Era Martín? Si, Martín. Mira que era feo el jodido.
             -Pues tú estabas loquita por él. Recuerdo que escribías su nombre todos los días al final de tu cuaderno de Historia.- le contestó Raquel.
             -Así que era verdad que al final necesitaba gafas. Peri bueno, lo hecho, hecho está.
             -Venga, dejémonos de tanta charla, que son casi las tres. Voy a cambiarme, a recoger un poco la casa y a poner guapo a Blaqui para cuando lleguéis.- puso punto y final Cris- Y no tardéis. Éso va por ti, Yolanda, que vives aquí al lado y siempre eres la última en llegar.
             -De acuerdo señorita Rotenmeyer.
       Cris dejó su móvil sobre la mesa del comedor y se fue a arreglar.
       A los cuarenta y cinco minutos del último mensaje llegaron Raquel y Daniela juntas, y como era de esperar, Yolanda llegó pasada la hora.
       Las cuatro se sentaron en el sofá y empezaron a cotorrear.

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